¡Prestame a Luna!

Capitulo III

Fabio me miraba como si se me hubiese salido un tornillo aunque a estas alturas creó que se me han caído todos y por eso mi cerebro no analiza bien sus brillantes ideas.

-entonces para eso necesitas a Luna-dijo por fin cuando termine de contarle todo.

-Joder amigo vas hacer que me pongan el otro ojo morado-exclamo Fabio.

Sip, le teníamos miedo a la lunática.

-por favor, ayudame y te juró que adoptó al gato mas rabioso que consiga por la calle para respaldar tu mentira.

Lo se, era patético pero estaba desesperado.

-Bien-luego sonrió de forma macabra y no me gusto nada.-iremos a ver a Luna.

Mierda, mis bolas se arrugaron por el miedo.

Cuando llegamos a casa de Luna, Fabio fue el primero en entrar y su grito al cielo me hizo correr hacia dentro de la casa pensando que ella había descubierto su mentira y había decidido matarlo para luego esconder su cadáver.

Pero al llegar escuche a mi amigo gritarle.

-¿QUE MIERDA TE HICISTE LUNA?-grito furioso.

-¿no te gusta?-preguntó ella con cara inocente.

Se había pintado todo su cabello de verde. Y no un verde bonito, era verde moco, joder esta mujer definitivamente estaba loca.

-pareces un troll- comente, buscando mi muerte natural.
Ella me miró como si quisiera asesinarme con sus ojos o algo así.

-tus ojos no lanzan dagas lo sabes no?-dije mostrándole una de mis mejores sonrisas.

Fabio no decía nada de seguro estaba perturbado con el nuevo look de su novia. Imaginense salir a la calle con una cabellera así, creo que hasta famosa se haría la condenada.

-ay vamos Fabio tampoco es para tanto- se quejo la lunática.

Mi amigo respiró profundo.
-luna eres mi mejor amiga-auchs, luna puso cara de dolor, Fabio se dio cuenta de su gran cagada así que intento arreglarlo- y mi novia pero te pasas con tus inventos locos, amor.

Luna levantó el mentón porque persona mas orgullosa que ella no había, luego fingió que no había escuchado nada.

-bueno diganme¿que quieren?-luego me miro como si hubiese recordado algo- ¿y tu gato salvaje, como esta?

-¿mi gato?-pregunte extrañado y Fabio me miró con los ojos abiertos, fue cuando recordé.

-claro, mi gato, si, mi gato, porque tengo un gato, esta bien, satisfecho y feliz-dije inconsciente.

-¿satisfecho?-pregunto extrañada.

Mierda porqué siempre la cago. Es como un don.
Fabio me quería matar, genial.

-si, obvio porque antes de venir le di mucha comida- bueno hice lo que pude.

-ah ya, muy bien-dijo ella no muy convencida- entonces ¿que hacen aquí?

Fabio sonrió como si hubiese esperado esa pregunta todo este tiempo.

-Amor, viste que el gato de Elián hizo de las suyas y me dejo toda la espalda maltratada-ella asintió- bueno mi amigo aquí quiere compensarlo, como pronto sera tu cumpleaños nos va a regalar un viaje a su cabaña donde podemos ir a esquiar en agua como tu siempre quisiste.

¿Que? ¿cuando mierda dije eso?

-¿DE VERDAD?-grito emocionada el troll viviente.

Maldito Fabio. Se había aprovechado de toda esta situación, solo para no gastar nada en el regalo de Luna.

-pero amor el necesita un favor tuyo. Dile Elián.-sonrió Fabio.

Ok, esto era traición, una puñalada a nuestra amistad.

Ella me miraba expectante.

-Luna, necesito un gran favor tuyo...puedes... Necesito.. ir... Ser
...mm.

-¡ay por los clavos de mi abuela!-exclamo. ¿los clavos de su abuela?-termina de hablar, que desesperante.

-¡Joder, que seas mi novia!-casi grite, luego me arrepentí, Luna estaba pálida.