— Besáme... —Exige, su voz ronca una melodía extraordinaria y placentera de escuchar...
Me era una verdadera molestia.
— No. —respondo tercamente, importandome muy poco el hecho de que se cierne sobre mí, aplastandome contra la pared.
— Bésame. —repite aún más bajo, presionando aún más nuestros cuerpos.
Su corazón late, desbocado, y tengo tanta ganas de golpearlo pero no lo hago, en cambio lo miró y él sonríe con arrogancia.
Frunzo el ceño con molestia e intentó separarme pero en un susurro bajo él me pregunta 'qué demonios estoy haciendo' Mantengo la mirada en él, desafiante con una ceja alzada con ironía.
"¿Qué demonios estoy haciendo, preguntas?" ¿Qué diablos estás haciendo tú? Quiero decir pero nuevamente me abstengo de hacerlo.
Él es arrogante porque puede ver que estoy temblando, él sabe lo mucho que está actitud suya me ha excitado. Lo duro que tengo los pezones bajo el confinamiento del sujetador. Que mi temblor se debe al subidón de adrenalina provocado por su voz ronca y dominante. Él sabe lo mucho que me estimula. Lo mucho que me llena de una manera que no sé explicar.
Y me es terriblemente fastidioso e irritable.
También lo odio pero al mismo tiempo me encanta. Lo anhelo. Lo ansío.
Y él podía ver todo eso. Sabía que yo era testaruda, tan jodidamente terca y orgullosa que jamás me dejaría mandar por él ni por nadie, por eso hace un puchero y se agacha lo suficiente para que su mentón esté en mi pecho y sus ojos se conecten con los míos.
Son... brillantes. Sus ojos son brillantes cuando me miran— Bésame, noona... —me pide mordiendo suavemente su labio inferior, suena como un niño, es... Es raro. Entrecierro lo ojos con incredulidad— Por favor. Aquí.
Toma mi mano y la pone en su cuello, siento como se estremece, sus ojos se cierran y un suspiro sale de sus labios, mis dedos inconscientemente se mueven con suavidad, sus mejillas se tornan de un leve rosa, sus brazos me rodean apegándose a mí y puedo sentirlo, puedo sentir lo muy entusiasmado que está.
— ¿Aquí? —Preguntó, ya no pudiendo más negarme a lo que yo también quería— ¿Quieres qué te bese aquí? —Susurre tocando su cuello. Jadeando él hizo un ruidito negando, su cabeza inclinándose hacia mí. Alzo una ceja divertida— ¿No? Pero si querías ahí en un principio. Bien, entonces... ¿Aquí? —Toque su mejilla y nuevamente negó, en algún momento dejó de apoyarse en mi pecho y se había inclinado hacia mí, su boca entreabierta ahora tan cerca de mi rostro— ¿Y aquí? —Con tranquilidad puse mi pulgar en sus labios, tocando suavemente mientras me deleitaba al escuchar su respiración entrecortada.
— Sí... —Él contesto en un susurro, su aliento acarició mis dedos cuando suspiro y luego los besos suavemente quitandome el aliento, alterando mi pulso.
Y comencé, inclinándome hacia él despacio, fingiendo no sentirme ansiosa por tocar sus labios con los míos como él claramente lo estaba pero cuando estuve a punto de morder su labio inferior él volteo el rostro, esquivandome, dejándome confundida.
— ¿Qué? —Cuestioné desconcertada cuando me alejo de golpe de él— ¿Qué haces? —Exigí con molestia.
— Fue... Divertido. Pasable. Pero es una pena. —respondió con desinterés, fruncí los labios intentando no mostrar la sonrisa estúpida que quería realizar.
Ahí.
Oh, ahí estaba él. La fachada había caído. La mentira del niño inocente y tímido se había ido.
Aunque ya sabía.
Me encantaba. Porque me gustaba lo difícil que se ponía. Amaba ver que después de aquello él se podía poner manso en mis brazos.
— ¿Una pena? —Repetí ladeando la cabeza, nuestras miradas se conectan como imanes y él sonríe, divertido y seductor.
Difícil. Tan difícil. Y es excitante. Es increíble.
Finge un puchero— Sep... Una pena, porque ya es hora de despertar noona.
Frunzo el ceño no entendiendo que quería decir— ¿Qué? —Pero él solo sonrió mientras se encogía de hombros, alejándose de mí para apoyarse nuevamente en la pared cerca de los baños de varones donde normalmente él siempre se encontraba y que por el momento él me había mantenido arrinconada— ¿Qué estás haciendo? —Exigí, nuevamente, pero está vez no sabía que estabas ocurriendo, cuando puso sus manos en los bolsillos de sus pantalones escolares para después marcharse con pasos relajados.
Sin mirar atrás, alejándose más y más y parecía inalcanzable.
Le grite, ordenandole que pare pero él no me presto atención cerre los ojos para después abrirlos de golpe. Suspire cuando vi a mi alrededor.
Estaba recargada en algún árbol del instituto.
Resople aguantando la risa histórica que quería salir de mis labios, ¿un sueño húmedo? ¿De verdad? Oh, mierda.
Oí un grito y dirigí mi atención a él.
Era un grupo de chicas alrededor de los inalcanzables.
Vi como NamJoon coqueteaba con algunas mientras JiMin a su lado se encontraba en silencio e inexpresivo. TaeHyung y HoSeok riendo con ellas, YoonGi y SeokJin no se encontraba con ellos.
Y JungKook.
Él estaba ahí mirándome fijamente casi sin pestañear, ignorando totalmente a la bonita chica junto a él que patéticamente trataba de tener su atención.
Le sonreí con arrogancia y él hizo lo mismo pero lo contrario a mi yo le regale un guiño coqueto haciendo que él apartará la mirada irritado y quizás avergonzado pero quién sabe, había veces en los que yo tampoco sabía en qué momento mentía y cuando no.
Suspire negando mientras recordaba aquel sueño que tuve y en el que JungKook era participe... Ese en el que dejaba caer la máscara y en el que carecía totalmente de la supuesta inocencia del que era conocido.
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JJK ¦ BLIND PLAY
Fanfiction❝Es molesto. Muy molesto tener que ensuciarme las manos por ti, sabiendo que no das una mierda por mí pero supongo que soy un estúpido masoquista, ¿no?❞ Para Rain, Jeon JungKook, solo era un imbécil que se oculta bajo una máscara. » Hetero, lenguaje...