El Entrenamiento Comienza

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Luego de la espera de una semana, la cual me pareció mucho mas larga, ya que pasaba cada momento pensando en volver a ver a Caitlin, me sorprende haberme podido concentrarme lo suficiente como para poder completar la prueba de Física a la perfección. Salí a almorzar y ni siquiera comí de lo nervioso que estaba, ya casi era la hora, faltaban tres minutos para que sea la misma hora a la que la vi por primera vez. A los seis minutos salieron destellos naranjas de el aire, y del medio de estos destellos, la vi a Caitlin salir de lo que puedo adivinar que era un portal interdimensional, uno que te dejaba sin palabras, casi tan bello como la misma Caitlin, su cabello hermoso volaba a la par del viento que salía del portal, se había puesto un labial carmesí, el cual resaltaba sus labios finos que formaban una sonrisa tímida. Esta vez estaba usando una clase de armadura andrajosa de tela y cuero que resaltaba sus asombrosas curvas, me dijo algo que no llegué a entender porque me había perdido en sus ojos color miel que eran mas brillantes cuanto mas me acercaba a la pupila, lo mas raro fue que sus ojos parecieron volverse verdes por un milisegundo, pero me llamó la atención con un chasquido y me pregunto por que no traía puesta mi armadura. Le dije que no tenia, ella revoleo sus maravillosos ojos y resoplando me agarro la mano, me llevo a lo que asumo que era otra dimensión y al ver nuestras manos se ruborizo y se echó para atrás.

Mire a mi alrededor, no parecía estar ni en el mismo universo, miré al cielo y lo único que se veía era una clase de esfera gigante de luz rosa la cual era orbitada por pedazos de tierra enorme, entre a una clase de estructura techada. Me encontraba dentro de lo que se podría describir como un almacén polvoriento, a mi derecha tenia unas repisas llenas de objetos extraños, que de seguro eran de otras dimensiones, ya que parecían artilugios místicos. Había una esfera incompleta, compuesta por varios anillos que giraban constantemente al redor de un núcleo grisáceo. También había una bolsa que se agrandaba y achicaba como si contuviera un gas con vida, otra cosa que llamo mi atención fue una jaula, pero no era una jaula común y corriente, esta tenia cinco trabas y dos candados, ademas de tener un panel para contraseña que parecía estar en algún lenguaje de runas. A mi izquierda, sobre una mesa de plata yacía una invención a medio crear, estaba encima de unos planos de como se hacia, pero se notaba que le faltaban partes para estar completo, por lo que veía, solo puedo asumir que era algún tipo de arma trampa. Cuando le pregunte donde estábamos, me dijo que era una dimensión que ella usaba como guarida, ahí coleccionaba todo tipo de artefactos intrigantes.

Caitlin interrumpió mis pensamientos preguntándome que talle de peto era yo, supuse que el peto era la parte de la armadura que te protege el pecho, ya que esa es la parte que ella sostenía con su mano izquierda, obviamente yo no tenía idea de que talle de peto era, entonces con un arrebato al aire de su brazo salieron unas cuerdas azules petróleo y en su mano apareció un cilindro del mismo color que las cuerdas, me lo puso en el pecho y tomo la forma de mi cuerpo. Luego agarró una estaca de un material transparente y la clavó en el cilindro, la estaca empezó a deformarse, fue cuestión de segundos hasta que la estaca ya no era una estaca, sino que una armadura hecha a medida mía. Caitlin me pidió con voz suave que le diga mis colores favoritos, a lo cual le respondí que era el marrón y el naranja, entonces sacó un anillo de un cajón y le susurró las palabras Marrón y Naranja, después le pegó a la armadura, y salió una luz enceguecedora, apenas me recupere, noté que la armadura había adoptado mis colores preferidos, toda esa sucesión de eventos me dejo atónito.

Al terminar de ponerme la armadura, Caitlin nos transportó a otra dimensión completamente diferente, ésta parecía nada más ni nada menos que un mausoleo gigante, tenía espacio para miles y miles de personas, se notaba que era una arquitectura milenaria, en el medio del mausoleo había un campo lleno de placas de presión que supongo que activaban trampas, cuando Caitlin notó la preocupación en mi cara, me dijo que estaban desactivadas, en cuanto la llamé Caitlin al preguntarle cuantos años tenía la construcción, me dijo que no le gusta que la llamen Caitlin, me pidió que la llame Cait, lo cual sonaba mas dulce, por lo que me gustó la idea. Al parecer esa maravilla arquitectónica tenia ya siete milenios, mientras Cait me explicaba que estábamos allí para entrenar en combate, una sombra se apodero del campo de batalla, en cuanto levanté la cabeza observé como una edificación bastante similar al mausoleo en el que estábamos, pasaba flotando en nuestras cercanías, es más, habían un montón de mausoleos, todos flotaban en el espacio, me esforcé intentando ver donde terminaban, pero parecían ser infinitos.

Nos pusimos a diez metros uno del otro y nos preparamos para luchar, yo no sabia como pelear, nunca lo había hecho, pero según Cait, los Clusters tenemos un talento natural para la batalla, además yo no tenia intención alguna de herirla. Cait dió una estocada al aire con su mano izquierda, ya que ella era zurda, y se formo un triangulo verde al final de su brazo, saco la mano de ese triangulo y en ella sostenía por el medio, una vara de un cristal multicolor transparente cuyos extremos estaban cambiando constantemente en formas distintas, primero parecía una lanza, después un tridente, luego un mazo hasta que toco la vara con el dedo indice de la mano con la que lo sostenía y una punta se transformó en un martillo mientras que la otra tomó la forma de un arpón, me dijo que esa era un arma que descubrió en una dimensión la cual bautizó PainBlade, me prometió que algún día me la mostraría, allí esta lleno de armas útiles, es una dimensión de cristal. Ahora es tu turno me dijo, imaginate algún tipo de arma y concentrate en esa idea, luego adelanta la mano y como las dimensiones son infinitas, en alguna va a haber algún arma como la que imaginaste, tus genes de Cluster se van a encargar de buscarla y encontrarla en cuestión de segundos.

No podía creerlo, básicamente tenía el poder de hacer lo que quisiera, bueno, no hacerlo, pero si el hacerlo aparecer, pero se lo robaba a alguien? Esa fue mi pregunta, a lo que su respuesta fue una inesperada, hay oficinas de Clusters en cada dimensión, incluso hay una en la tuya me dijo, en cada oficina hay una armería, donde se guardan ejemplares de armas de la dimensión correspondiente, así los otros Clusters pueden usarlas, nos ayudamos los unos a los otros. En mi cabeza seguía resonando como un eco su frase, en la tuya, refiriéndose a mi dimensión, pero ella no venía de la misma? Le pregunte de donde venia, yo creí que ella era humana, pero al parecer no, me dijo que provenía de una raza de humanoides llamados Cyphers, me explico como apenas se diferencian de los humanos, por como a veces les cambia de color los ojos según sus emociones, y la única otra diferencia es que su raza venera a los Clusters como modelos a seguir, sin embargo para los humanos, todo lo interdimensional es secreto.

Muchos pensamientos y preguntas se apoderaron de mi mente, pero Cait los interrumpió apurandome para que elija algún arma, por lo que yo, en un intento apresurado de ser capaz de defenderme de el ataque inminente que Cait estaba a punto de hacer, arrojé mi mano al aire y de pronto, en un abrir y cerrar de ojos, lo había conseguido, estaba eufórico, nunca voy a olvidar esa sensación, mi mano estaba envuelta por el objeto que había imaginado, unos guantes de la misma sustancia que me atrapó la primera vez que hice un viaje interdimensional, una masa verde oscura que cambiaba de aspecto bajo mi control, lo que pensaba lo hacia, pero tenia un limite, por supuesto. No se podía estirar más allá de su elasticidad y por suerte no tomaba formas puntiagudas y cortantes, a diferencia de la elección de Cait, la mía al ser técnicamente inofensiva, era perfecta para un entrenamiento.

Cait se abalanzó sobre mi con un ataque contundente en mi cabeza con su martillo, apenas me recupere de la contusión, me ataco otra vez, pero esta vez mis reflejos rindieron frutos, ella me lanzó un ataque horizontal y yo dando una vuelta completa por el aire, salte y aterricé detras suyo, justo en posición para darle un golpe en la espalda con mi guante en forma de puño. Me admitió que entre el conseguir un arma de primera y haber hecho semejante maniobra en medio de una lucha, la había impresionado, no muchos lo consiguen. Dijo que de mi se podían esperar grandes cosas, eso ultimo me subió bastante el animo. Seguimos entrenando mientras pasaban las horas, nunca lo había pasado tan bien, hasta que fue hora de volver antes de levantar sospechas. Ella también debía volver a su casa, así que me dejó en mi jardín, me saludo y se fue a través de los mismos destellos naranjas que la ultima vez, apenas entré a mi casa recordé, que mi mamá se había ido por dos semanas a visitar a una amiga en otro país, no la veía desde el desayuno de wafles con frambuesas.

Me estaba yendo a dormir, ya me había cepillado los dientes y bañado, cuando de repente apenas me tiro en mi cama, en calzones, los destellos naranjas aparecieron en la esquina de mi cuarto. Como ya me lo esperaba Cait salió de ellos, pero se veía agitada, estaba cansada, como si recién hubiera corrido una maratón, entonces me dijo que necesitaba ayuda, mientras su mirada estaba fija en mis abdominales, lo cual hizo que me ponga colorado.

El Viajero InterdimensionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora