Nuestros demonios.

Over party.

«BRRRR... BRRRR... BRRRR»

—¿Bueno?
—Hey, Vincent!
—Dime, Charles...
—Me enteré de lo que sucedió. Imagino que tus padres no están en casa, me gustaría ir a visitarte y que te relajes un poco, amigo.
No tenía mucho ánimo, pero tampoco quería beber sólo y deprimirme escuchando The Day I Die (ISLAND) y Believer (Imagine Dragons) en versión acústica repetidas veces, así que acepté.
Al cabo de un rato tocaron a mi puerta.

—¡Hola, Char...!
El hijo de puta había invitado a media escuela a una fiesta. Estaba enfadado con él, pero sabía que lo hacía de buen corazón.
Todos gritaron saludando.
—¿Qué pasa, Vince? ¿Está todo bien? Si quieres los echo de aquí, no te preocupes, disculpa si te molesté...
Ese Charles, siempre pidiendo disculpas por todo.
—Tranquilo, hermano. Me alegra mucho que estés aquí, ¿cómo te fue en Amsterdam?
—Drogas legales, mujeres hermosas, paisajes preciosos, qué más hubiera querido yo que quedarme a vivir ahí
—¿Y por qué no lo hiciste?
—Mi padre, ya sabes cómo es... su mayor deseo es que herede la compañía y la haga crecer aún más. En ocasiones creo que su hambre de poder es mucho más grande que su amor hacia mí.
Pero basta de hablar sobre mí, cuéntame... ¿cómo estás?
—Bueno, echo de menos a Michael, y respecto a Samantha me siento sumamente tranquilo, hahaha.
—Ya veo... ¿y respecto a tus padres?
—Ellos son punto y aparte, y a pesar de que diga que ya me he acostumbrado a su constante ausencia, continúo esperándolos con ansias para verlos aunque sea un minuto. Es bastante triste la manera en que suena, pero no te preocupes, al menos ya dejan notas cuando salen.
Charles puso cara de despreocupado a pesar de notársele en la mirada la extrema incertidumbre que le dejaba el haberme escuchado.
Es un gran amigo desde la infancia, lo aprecio mucho.