Me agarras las manos y entrelazas nuestros dedos mientras me vuelves a pedir perdón.
Abro la boca para decirte que no, que no deberíamos volver, que si me cambiaste una vez por otra, tarde o temprano volverías a hacerlo.
Y no. Me niego.
La gente no cambia de un día para otro. Por mucho que me cuenten, y por mucho que quiera creerlo.
Pero no puedo decirlo, mi boca se abre pero las palabras no salen. Y, entonces, aprovechas la oportunidad y me besas.
Ahora sabes que me tienes.
Eres un manipulador, ¿cómo te digo que no después de esto?
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Donde muere el amor.
PoetryElla sabe matar al amor, si la necesitas llámala. Te ayudará.