Capitulo 1: Pastando por Mulgore.

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Morlako despertó esa mañana en su tienda del campamento pezuña de sangre. Se levantó y se colocó su ropa, los Tauren a penas se habían asentado en Mulgore y habían terminado la construcción de cima del trueno, por lo que el resto de asentamientos eran solo campamentos, el mas grande era pezuña de sangre, pero no era lo suficientemente autosuficiente como para darle ropa de calidad a todos sus aventureros, este era el caso de Morlako, que se tuvo que colocar los ropajes de cuero y no la malla que un Guerrero necesitaba, pero no le importaba, tomó la maza que heredó de su padre y salió. Allí vio al Capitán Crestagris, el jefe del campamento quien e encargaba de que todo funcionase allí, este estaba gritando ordenes.

-Saludos Capitán.

-Morlako, llegas tarde.

-Si, lo sé, lo lamento.

-Veo que llevas la maza que Cairne le dio a tu padre.

-Yo... Yo no sabía que Cairne se la había dado... Hace tanto que no hablo con el...

-Un desperdicio que esté contigo, pero en fin. Los de Ventura y Cia han estado fastidiándonos últimamente y no sabemos nada sobre el pozo que esta al noroeste de aquí, me da miedo que hayan atacado ahí. Ya envié a Morn y a Grennan, quiero que vayas con ellos, pero como ya les dije, con cautela. A ustedes los aprendices no les conviene meterse a combates tan rudos como contra los de Ventura y Cia.

-Está bien Capitán, iré ahora mismo.

-Mas te vale, no quiero mas decepciones de tu parte, Morlako.

Morlako se fue sin escuchar los refunfuños del Capitán, pasó por el puente y escuchó a alguien preguntarle por un perro, pero no le prestó atención. Morlako continuó dirección al pozo, llegó sin casi dificultad. Ahí vio muchos cadáveres, de Tauren y de otras razas, especialmente Goblin. Ahí también estaban sus dos amigos, estos se encontraban a salvo investigando lo sucedido.

-Morn, hola.

-Hola Morlako. Comenzaba a pensar que no vendrías.

-Sí, perdí la noción del tiempo.

-Algo bastante habitual en ti.-Replicó Grennan.-Hola Morlako...-Saludó de mala gana.

-Hola Grennan.-Contestó el saludo con la misma apatía.-¿Qué sucedió aquí?

-¡Alguien envenenó el abrevadero!- Exclamó Morn.

-Envenenaron el... ¿Pozo? Pero...

-A pesar de lo que parece, no fueron los de Ventura y Cia.-Interrumpió Grennan.- Llegamos aquí y ya estaban todos los Tauren muertos, nos escondimos porque escuchamos llegar a los de Ventura, ahí ellos bebieron agua y murieron casi instantáneamente, un veneno rápido y eficaz.

-¿Entonces? ¿Los centauros?

-Están demasiado lejos como para haber sido ellos. Tampoco los enanos, serán de la Alianza y todo, pero son mineros, no asesinos, además de que nos la llevamos bien con ellos.

-Sea quien fuere, tendremos que informarle a mi padre.-Aseguró Morn.- Esta información es importante.

Morlako y Grennan asintieron y todos se fueron de regreso al campamento, a avisarle al Capitán, el padre de Morn.

-¡Esos malditos enanos!

-Capitán, no creo que ellos hayan sido.

-Tú no sabes nada, Chamán novicio. La verdad es que me viene de perlas, hace poco los Orcos nos trajeron los planos de sus catapultas, y la cantera que esos enanos excavan es un gran lugar de donde sacar la munición para estas y solo estaba esperando una escusa para ir y echarlos. Nos prepararemos para la guerra.

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