Shorlin camina por el sur del valle de los retos, él es un orco común, verde como todos y tiene un arco.
Shorlin suele caminar despreocupado pues él es un orco simple, sin nada destacable, sin aspiraciones reales y bastante conformista con lo que tiene. El trabajo de Shorlin es tan simple como lo es el: darle palizas a los Peones flojos, llevar a los corrales a los cerdos y matar uno que otro, recolectar frutos de cactus y mantener a ralla a los escorpiones, esta ultima tarea es su favorita, pues es un experto sintetizando el veneno de los escorpiones para crear otro mas potente, antídotos para este ultimo y hasta antibióticos.
La caminata solitaria de Shorlin es muy habitual, suele hacerla varias veces al día desde que quedo "atrapado" en el valle, la hace desde que vio a los chamanes construir una piedra de rituales en las montañas del sur, ahora, cuando nadie lo ve, se escabulle y escala estas montañas, llega al borde y se queda ahí, contemplando el paisaje.
Más allá de las montañas se puede ver la ciudad de Trinquete, una ciudad Goblin que no tiene mucho tiempo de haberse construido pero que a Shorlin le encanta, en especial ese enorme catalejo que sobresale entre los edificios.
Shorlin, en su simpleza, solo se sienta ahí y admira el paisaje, deseando a veces saltar al mar y dejarlo todo atrás y avanzar hacia un nuevo futuro, pero cuando ya está por hacerlo, la realidad le golpea la cara tan fuerte como un martillo de herrero golpea un yunque y es ahí donde se da cuenta que ya ha estado ausente mucho tiempo.
Se levanta y camina de vuelta al campamento, no sin antes dar una ultima mirada al paisaje que lo vuelve loco, a la ciudad de Trinquete encerrada por el horizonte y bañada por el mar. Shorlin simplemente suspira.-Desearía haber nacido con un poco mas de suerte.
Cuando Shorlin llegó al campamento, dispuesto a comer algo, vio que había un pelotón del Clan Grito de Guerra, este pelotón está conformado por tres integrantes muy conocidos en todo Durotar, aunque suelen operar en las cercanías de Cerrotajo, no es muy común verlos en el valle.
Lo curioso de este pelotón, es que a pesar de ser muy respetado y apreciado, todos sus integrantes tienen un sobrenombre un tanto despectivo pero que todos aceptan sin ofenderse.
El Primero es Dhraman. Experto en romper tabiques con su escudo y en dar saltos que parecen antinaturales. Un día, peleando en Vallefresno, una flecha le perforó el cráneo y aunque pudo sobrevivir quedó "especial". Suele parecer que no esta prestando atención a la situación, pero sus habilidades de combate siguen igual de bien, sin embargo suele tener tics nerviosos y cuando está hablando (algo muy poco habitual) y le viene un tic, se le escapa un "Zok", está es la razón de que todos lo llamen "Zok-Zok".
Luego está Kagella. Las orcas no suelen ser femeninas, pero Kagella es mas varonil que toda la familia Grito Infernal junta. Experta en gritar y en partir a la mitad todo con las dos grandes hachas que lleva, su sed de sangre es otra cosa en la que destaca entre los orcos, muy pocas veces se contiene y es como si estuviese en estado Berserker hasta cuando duerme. Su sed de sangre, la forma tan asquerosa en la que come, su escasa higiene y que a pesar de todo aun este algo obesa, hicieron que se ganara el apodo de "Panzangrienta".
Por ultimo está el sargento. Él es muy reservado y ascendió a sargento poco después de que los orcos llegaran a Kalimdor, al llegar aquí, se volvió adicto a una fruta nativa del continente por lo que la empezó a comer todo el tiempo, el llevaba consigo de esa fruta como los trol llevaban hachas. La comía literalmente todo el tiempo y en todas las formas posibles, así se gano el apodo de "Sargento Aguacate"
-Me levanté en medio de la noche, mi estómago ardía como si unos elementales de fuego estuvieran peleando por territorio.-Decía la Orca mientras pegaba bocados a su cerdo con especias.