Tal Como La Primera Vez •|PrinciBaldi|•

•|First meet|•

Si tengo que mencionar una época en mi vida sin dudas escogería mi "epoca dorada" Osea, mi época de la preparatoria. Los bailes, las fiestas y reuniones eran lo que más gozaba. Aún que no siempre iba a todas las que me invitaban.

—Vamos, Principal, no me digas que te quedarás otra vez aquí leyendo libros.

Mi compañero de departamento era muy insistente a que vaya siempre con él. En ocasiones, literalmente, me arrastraba afuera del departamento para ir con él y conocer "lindas chicas".

—Se que vas a insistir demasiado y no quiero que me cargues como la última vez—sonreí amablemente para tomar el libro que estaba leyendo al igual que las llaves del departamento—. Vamos, aún que no te prometo que estaré todo el tiempo a tu lado, File.

—Entendido, capitán.

Ambos salimos y cerramos la puerta caminando hacia una de las casas de las chicas "populares" De nuestro grupo de estudio. Era más que obvio que no iba a estar pegado a File todo el rato que estaríamos en aquella fiesta, no me gustaba permanecer todo el tiempo con él.

Al llegar pudimos observar varias luces de colores provenientes del interior de la casa acompañado de música a todo volumen. No tuvimos que tocar la puerta, solo entramos mezclandonos entre la multitud.

—¡Principal, si veniste!

Con mucho trabajo pude escuchar el grito de una de mis amigas. Sonriendo, afirmé con la cabeza tomando la muñeca de File para sentir como tiraba de mi. Él, después de un rato, se fué a algún lugar de la casa dejándome solo enmedio de la gente. Sabía que tocaba hacer: ir a otro lugar y seguir mi lectura.

Me dirigía a la cocina, algunas personas me saludaban, otras trataban de hacerme tema de conversación, pero yo insistía en ir un lugar relativamente más tranquilo. Al fin había llegado a la cocina, abrí mi libro en la página en donde me había quedado prosiguiendo con mi lectura.

—Hola, perdona por interrumpirte.

Al escuchar aquella voz levanté la vista observando a un chico de suéter verde oscuro, gorro rojo y cabello castaño un poco teñido de rojo de las puntas.

—¿Podrías decirme en donde está el baño? Me dijeron que era hacía acá, pero creo que me perdí un poco—sonrió levemente.

—Yo tampoco sé en donde está, jamás he venido a esta casa—respondí con amabilidad—. Busca a un chico de chaqueta roja y playera negra, él sabe en dónde está todo aquí.

—O-oh, gracias.

—No hay de que—estába esperando a que aquél chico se fuera, pero solo nos mirábamos sin saber que decir o hacer.

—¿Qué estabas leyendo?

—Un libro de matemáticas y álgebra—respondí observando el libro y luego dárselo—. Ya lo leí dos veces, puedes quedartelo.

—¿E-en serio?—respondió con sorpresa abriendo mucho los ojos.

-Si, tómalo—estiré la mano con el libro hacia él con una media sonrisa.

Con inseguridad tomó el libro, posteriormente me agradeció con una sonrisa. Ambos nos quedamos nuevamente en silencio esperando que el contrario dijese algo, pero nadie articuló ni una sola palabra.