¡los papeles cambian!

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Y siempre surgias de la tormenta donde el caos y el miedo alimentaban mi ser.
Caos ocasionado en mi pecho cada vez que me besabas,
Miedo porque creía no ser suficiente y no te quería perder.
Pero no eras más que una simple llovizna y aunque tarde haya entendido, siempre seré fuego intenso que a pesar de la lluvia, no se extingue.

Y justo ahí, justo ahí...
es cuando la tormenta me hipnotiza y corro hacia ella sin pensarlo, sabiendo que me destruirá, sabiendo que después de todo solo seré yo de nuevo, no estarás, te irás y te olvidarás de mi...
Entonces por qué corrí sabiendo el daño?
Porque por un solo instante un solo momento solo seremos tu y yo dentro del caos de tus ojos, y el encanto de tu mirada y la pasión de tus labios, soy el condenado más feliz. Y en general no importa cual duro sea el castigo, no importa cual insoportable sea el dolor aun sabiendo que el mismo sacrifico sea yo.

Ya hoy  en día las letras cantan, la lluvia  no suena tan duro y poco a poco las emociones van quedando a un lado, aquella tormenta que se formaba en mi ser cuando te veía, hoy solo es una leve llovizna que va perdiendo su intensidad, mientras que en tu ser se crea un huracán de pasión y fuego Cuando me ves;
mientras que yo solo deseo dejarte de un lado.
Que lastima no haber sido correspondido a tiempo! No quiero que vivas lo que yo viví, cuando me sacrificaba a todo por verte feliz y tu solo te fijadas en la sonrisa de alguien más;
y aunque las cosas duelen pero pasan, debo decir que la que sacrificaria todo por estar conmigo eres tu, mientras yo me pierdo en la sonrisa de alguien más.

Felipe Guillen

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