Domesticando a Bucky [WinterIron]

Capítulo 50

Capítulo 50

"Este es nuestro plan"

En la actualidad.

Tony se estaba vistiendo apresuradamente bajo la atenta mirada del equipo.

— ¿Estás diciendo que Natasha... ¿Nuestra Natasha, es la cabeza de toda esta mierda? —. Pregunto Clint, parecía dolido y no parecía creerse las palabras del genio.

— Ya se los dije, era ella quien estaba en la camioneta, ella me empujo, vi su cara, era ella.

— No puede ser Tony...Ella no sería capaz.

— Cree lo que quieras —. Dijo poniendo su reloj especial —. Pero yo iré a buscar a mi Bucky.

Steve lo detuvo —. Tony estas débiles, acabas de despertar, sigues teniendo las heridas abiertas.

— ¿No lo entiendes? ¡No me importa! Lo único que me importa es tener a Bucky a mi lado, sano y salvo.

— Tony —. Lo llamo Rhodey —. Lo sabemos, pero no podemos llegar, así como así, tenemos que esperar y atacar.

— ¡¿Esperar?! ¿Y dejar a James bajo las manos de esos psicópatas?

Tony estaba incrédulo, si ellos creían que el esperaría, estaban muy equivocados.

— Escucha Tony; Este es nuestro plan.

...

— ¿Pepper? —. Pregunto Bucky, mirando la sonrisa de la rubia.

Estaba confundido y enojado, ¿la ex de Tony estaba metida en todo esto?

— La misma —. Respondió irónicamente, casi burlándose del sargento —. ¿Cómo estas, estas cómodo?

— ¿Estas de broma? ¡¿Qué demonios es esto?! —. Le ladro y recibió una cachetada en su mejilla.

— ¡Cállate, tú no tienes derecho de decir nada! —. Grito la rubia, casi histérica —. ¡Tú me robaste a Tony!

— ¿Que? ¿Todo esto es por Tony?

Porque si era así, Bucky estaba dispuesto a luchar por él.

La rubia rio, chistosamente, como si le hubieran contado el mejor chiste.

— ¡Por supuesto! Esto inicio por él, luego se sumaron más cosas. Pero empecemos por el inicio; Todo esto es tu culpa.

Bucky frunció el entrecejo —. ¿De qué demonios hablas? Apenas te conozco.

— Pero, aun así, Tony va a ser mio.

Bucky apretó los dientes y la rubio sonrió más.

— Pero ahora —. La rubia aplaudió como una niña emocionada por su cumple años —. ¡Pasemos a la diversión! ¡Sandra, Natasha, queridas, vengan!

¿Natasha también estaba en esto? ¿Qué demonios estaba pasando?

La rusa y la morena aparecieron en medio de la oscuridad con el libro rojo en sus manos y una sonrisa en sus bocas.

— ¡Bien, comencemos! —. Sonrió Pepper con placer de ver sufrir al soldado.