Mentes abiertas

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Me encontraba tan cerca de la inusual felicidad.

Me gustaría seguir conociendo -Le dije a la vida- No quiero escuchar nada más que no sea a mamá preparando el desayuno en la cocina mientras el televisor suena con esas caricaturas infantiles y mis hermanos perdidamente se quedan quietos.

No hay más, en realidad no hay más cosa que me provoque tremenda felicidad. Perdón mamá, por querer comerme al mundo en un tazón de cereal, si observaras las dudas que surgen por mi mente al abrir los ojos cada día por las mañanas entenderías que mi mundo es realmente gigantesco, o mi cabeza es lo suficientemente grande para que cada parte de el pueda entrar.

Quiero estar ahí para cada nuevo aliento que recibas, quiero estar ahí sin descuidar mi travesía; Mírate mamá, eres tan hermosa, cada pequeña arruga en tu rostro me dice que te dedicaste como nadie a vernos crecer y estar ahí con todo lo que eso implica.

Mi corazón esta noche estará atento a los latidos del tuyo, y tu bello recuerdo estará por siempre en mi mente, siempre te recuerdo como mi más grande pilar de fuerza. Cada vez que puedo verte en mi cabeza no puedo evitar humedecer mis ojos, la vida me dice que necesito de ti, pues eres el pedazo de felicidad más sincero que tendré nunca.

Puedo observar el mundo entero desde una habitación, En un día oscuro llego sonriendo y estoy inventando más y más ganas para continuar, llega la noche y ¡Dios! es tan iluminada, llega con más luz de la que puedan ver mis ojos.

Continuaré con mi fuerza de reserva y siempre tendré tus palabras en mi mente.

en un día pude morir un poco por dentro, quería saber como el exterior podía dañarme tanto. No lo pude descubrir, solo llore cubriendo mi rostro con mis piernas y apoyando mi cabeza contra la ventana de ese mismo exterior. Me di cuenta que no importaría cuantas veces saliera lastimada, no iba a dejar de intentarlo, hasta que mi mente supiera el ¿Por qué? inusualmente volvía con una sonrisa, volvía consumida por las dudas. Que ironía el saber lo que pudiese pasar y aún con ello seguir caminando sin cambiar de dirección, adicción a lo que nos pudiera destruir.

Las historias dónde he estado las pudiera contar sin temor, pero son fácilmente reflejadas en un acercamiento a mi corazón. No tienes que llegar tan lejos para saber quién soy, no me escondo más, puedes mirarme aquí.