Del Otro Lado

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Todo empezo una madrugada lluviosa, las gotas de agua parecían una regadora, gran parte de las pistas y veredas quedaron practicamente hundidas en un charco de lluvia, en un condominio ubicado dentro de una gran ciudad(la capital del país), en una habitación de un edificio de 13 pisos, con mas de 200 habitaciones en total, en una de esas habitaciones que tenía la vista a la calle, se encontraba un niño de aproximadamente 8 años de edad (la descripción exacta queda a interpretación del lector) el niño se encontraba durmiendo tranquilo en su cama, de pronto el niño despierta con la curiosidad de poder ver como es su ciudad durante las madrugadas, por alguna razon la madrugada se veia mas hermosa con la lluvia cayendo como si fuera una ducha, el niño se para de su cama y empieza a visualizar todo, lo observa por segundos, luego por minutos y finalmente por horas, de 3 de la mañana hasta las 5 de la mañana sin dejar de parpadear ni un solo segundo, sin embargo observa algo anormal en el cielo, saliendo de una nube un extrano rayo morado cae sobre la pista.
El niño con mucha cautela, coge las llaves de una mesa cerca a la puerta, abre la puerta y todavía con cautela, sigue su camino y esa curiosidad de lo que acaba de presenciar.

Minutos después...

El niño sale a la calle todavía lloviendo, se acerca al mismo lugar de la pista donde impactó el rayo morado, se acerca cada vez más y observa una extraña piedra gris con 6 pequeños cristales morados esparcidos en toda la piedra.
El niño recoge la piedra y se lleva a su departamento, ahí empieza a visualizarla, se queda observándola por horas y horas.
Después de unos minutos en un error fatal, su brazo empuja y tira al suelo la piedra, el niño intenta evitarlo, pero es demasiado tarde, la piedra ya se encuentra destruida.
Al romperse la piedra, este suelta unos brillanos cristales color morado, el niño recoge uno de estos, pone su ojo para visualizar de un punto más cercano el interior de uno de los critales en forma de prisma.
Logra ver una chispa color morado que se mueve alrededor de todo el cristal, se mueve a la derecha, arriba, abajo, izquierda, derecha, izquierda, dejando en cada uno de sus caminos una especie de polvito, similar a lo que produce cuando se sopla el polvo de algo viejo o guardado.
El niño observa los otros cristales y ven que todos son lo mismo, de pronto los minúsculos escombros de la piedra empezaron a convertirse en arena, y segundos después se desvanecieron, como si alguien hubiera soplado.
El niño se muestra curioso y sorprendido por todas las cosas que está presenciando, en la calle, se detiene la lluvia.
Después de unos minutos se empiezan a oír sonidos extraños, el primero suena como si este ocurriendo un temblor, suena como si todo empezara a temblar, a pesar de que no es así, el segundo sonido que se escucha si alguien se estuviera cayendo al suelo una y otra vez, y el tercero suenan igual que un zapato pisando un suelo de madera de caoba.
El niño se asusta y regresa a su cama, se tapa con sus sábanas hasta cubrir todo de pies a cabeza.
Asustado, a veces de destapaba pero por tiempos tan cortos que no llegaban a 1 segundo, así continuó por media hora.
Media hora después los sonidos empezaron a parar, el niño se estaba tranquilizando, a punto de cerrar los ojos para dormirse, veía que los cristales empezaron a flotar inexplicablemente.
Y conforme pasaban los minutos los cristales se acomodaban, y cuando se detuvieron, estaban los 6 cristales acomodados  de forma circular, y en ese círculo, empezó a abrirse un portal, el portal no revelaba a donde iba, solo se observaba un montón de espirales, del color de todas las escalas del color morado, del mayor al menor.
El niño observa, impactado, sin mover ningún músculo, desde su cama, el portal ya formado.
Unos minutos después la curiosidad del niño se incrementa, y decide acercarse al portal, luego va a un cuarto (en su mismo departamento), donde ve a un hombre de 30 años y a una mujer de la misma edad durmiendo, los mira, después va a la ventana y ve su cuadra, la pista vacía, edificios con las luces apagadas, también los contempla unos segundos, luego observa el portal.
El niño mira fijamente el portal y se acerca lentamente, con un pie moviéndose por segundo, pasan 40 segundos, y entonces el niño entra al portal, ya adentro del portal.

El Portal desaparece con el niño adentro.

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