Capítulo 11

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*NARRADOR

La joven rubia pasó una larga noche. Una noche en la que casi no pudo dormir, debido a que aún trataba de procesar todo lo ocurrido: su padre había desaparecido y apareció en París, donde era prisionero de un extraño sujeto, y ella ahora viviría en el hogar de aquel inducido a cambio de haber dejado libre a su padre. Y para terminar, la confesión de su padre antes de irse la había dejado muy pensativa.
Desde que era pequeña, su padre le había dicho que su madre había desaparecido poco despues de que ella naciera, y aunque la buscaron por todas partes, las autoridades la dieron por muerta después de encontrar sus pertenencias en un lago a las afueras de París.
Siempre quiso conocer a su madre, pero lo más cerca que tuvo a conocerla, fue por fotos que su padre guarda como su más valioso tesoro. Habían pasado años desde que ella perdió la esperanza de conocer a su madre, pero la revelación de su padre lo había cambiado todo, ahora aquel deseo por conocer a su madre había regresado, pero ahora estaba condenada a estar encerrada en aquella mansión por tiempo indefinido.

Los pensamientos de la joven fueron interrumpidos por alguien que toca su puerta.

Star: quién es?

Lumiore: Soy Lumiore. señorita Star, el desayuno está listo.

Star: No tengo hambre, muchas gracias -dijo con un tono apagado-

Lumiore: Señorita, se que lo que pasó fue inesperado... Pero debe tratar de llevar las cosas por las buenas -dijo aquel hombre con voz calmada- además, se enfermará si no come.

Star: Está bien.... Bajaré en unos minutos...

Lumiore: Entendido...

La joven se levanta de la cama y mira por la ventana de su cuarto, donde logra contemplar el hermoso jardín trasero de aquella enorme mansión. Un jardín adornado por flores de diferentes tipos y colores, un lugar que aunque esta algo descuidado, resulta ser una maravilla para la vista.
La chica baja pocos minutos después al comedor y se encuentra con que el lugar está solo y no se ve rastro de aquel sujeto de actitud desagradable y ropa desordenada.

Lumiore: Buenos días señorita.

Star: No le veo nada de buenos -dijo con cierto desagrado y se sentó en la mesa-

Lumiore pone frente a ella un plato con huevos revueltos, unas tostadas y también un vaso de jugo de naranja. La joven comió sin decir una palabra, y cuando terminó de comer se levantó de la mesa.

Star: Gracias por la comida.

Lumiore: de nada señorita Butterfly.

Star: Creí que "el" estaría aquí...

Lumiore: si por "el" se refiere a nuestro jefe, el suele desayunar muy temprano.

Star: y donde se encuentra ahora?

Lumiore: En el ala Oeste de la mansión...

Star: Ya veo... ¿Puedo saber porque me prohibió ir a esa área de la mansión?

Lumiore: Lo lamento señorita, pero no puedo decirle la razón... El nos ordenó a todos no decir nada sobre esa área de la mansión. Solo lo sabrás cuando él te lo diga... Te sugiero que nunca vayas A ese lugar a menos que el te lo autorice.

Star: ok...

Lumiore: También me dijo que te indicara que no puedes salir de el área de la mansion, puedes salir al jardín si quieres, pero no puedes salir de la propiedad.

Star: vaya... Esto es como una prisión...

Lumiore: solo trate de llevar las cosas por las buenas señorita, verá que nuestro jefe no es tan malo como parece.

Star: No te prometo nada...

*MIENTRAS TANTO, EN EL ALA OESTE

En un cuarto oscuro y semidestruido, se encuentra aquel joven misterioso, quién simplemente contempla aquella rosa dejada por su abuela tiempo atrás. Aquella rosa de pétalos rojos como la sangre, que simboliza la maldición que aquella sabía mujer le impuso como castigo por la actitud fría y desagradable que había adquirido... Aquella rosa ya había perdido algunos pétalos, los cuales se habían vuelto grises tan pronto se soltaron de la flor. Cada pétalo perdido significaba que el tiempo de aquel castaño se agotaba, y honestamente eso ya parecía no importarle.

Lágrimas de tristeza Se deslizan por el rostro del joven, quién sólo lamentaba todo lo que le había ocurrido, la muerte de su abuela y posterior maldición... Sabía que la maldición era un hecho. Con el paso del tiempo, rasgos salvajes habían aparecido en el... Al enojarse adquiere la actitud de una criatura salvaje, y en los peores casos incluso su apariencia cambia, le salen garras y alas, e incluso sus ojos se vuelven de color rojo sangre... El ha lidiado con su maldición a su manera, encerrándose y simplemente esperando a que todo esto termine, pasando la mayor parte del día encerrado en aquel cuarto mientras observa aquella rosa guardada bajo un pequeño domo de cristal.

Marco: Mi tiempo acaba poco a poco... Aún me cuesta creer que me hiciste esto abuela... Pero ahora esta es mi condena - conteniendo el llanto- seré un monstruo lo que me queda de vida, no sé porque accedí a que esa chica se quedara aquí... Es seguro que nada ni nadie podrá salvarme...

Mientras el joven se lamenta, otro pétalo cae de la rosa...

Con cada pétalo perdido, estarás más cerca de la maldición permanente

Con cada pétalo perdido, estarás más cerca de la maldición permanente

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-yarr97

Star y la bestia (Starco) (retomada)Where stories live. Discover now