Escribiré esto con la esperanza de que de alguna manera llegue hasta ti.
Quiero pedirte disculpas y te explicaré aquí lo que pasó, será extenso porque quiero recordarte y sobre todo porque quiero que compartas mi visión, la manera en la que te vi desde que te conocí.
Has de saber, primordialmente, que pese a que estuve con varias personas a lo largo de mi vida, tú fuiste el primer ser humano por el cual hubiese dado mi alma, mi vida, para que estuvieras bien. Por desgracia al final no pude hacer nada. Cada individuo toma sus decisiones como mejor le parece, razona, crece y madura como la vida le enseña, como sus vivencias, desgracias y experiencias le forjan el carácter.
Te conocí en una de las más difíciles etapas de mi vida, nunca ha sido fácil, sé que hay personas en situaciones mucho peores que las mías, pero el hecho de saber eso no cambia nada. Mi dolor es intenso porque es mío, mis problemas son grandes porque me pertenecen, mis responsabilidades son tremendas porque me conciernen a mí solamente… Pero bueno, no es de eso de lo que quiero hablarte, quiero recordar el día en que te vi por primera vez.
Me encontraba leyendo con la mente totalmente perdida en lo que tenía entre mis manos, generalmente pasa eso. Cuando me inmiscuyo en un mundo diferente, toda mi atención se centra en ello, pero pasó algo fuera de lo común, una voz me distrajo, fue extraño puesto que algo que solía ser inmutable fue simplemente atravesado por un par de palabras y unas pequeñas risas entre ahogadas. La sorpresa fue mayor al darme cuenta de que no hablabas con nadie, simplemente escuchabas. Tenías un aparato en la mano, un reproductor digital, escuchabas, hacías comentarios incoherentes y reías.
Dejé mi libro al lado y me dispuse a mirarte. Miré alrededor, por un momento sentí pena ajena, las personas que pasaban te miraban con recelo, algunas con curiosidad; tú simplemente les ignorabas y continuabas con tu escucha.
Era un día muy agradable. El sol estaba cubierto por las nubes, y aún así la claridad era total, estaba fresco. Un momento perfecto para sentarse a perder el tiempo, sólo que tú habías decidido hacerlo de una manera poco común.
De alguna forma te percataste de que te miraba. Sin dejar de sonreír, giraste tu rostro hacia mí y clavaste tus ojos en los míos. No quise perderte la mirada e hice lo mismo, parpadeaste y yo volví a mi libro, lo abrí y continúe; tú no te moviste.
Al cabo de un par de minutos sin poderme concentrar en la lectura, decidí dejarlo, cerré mi libro y lo guardé en mi mochila; tú te habías movido.
Te acercaste de manera sigilosa a mí. Estabas a una distancia corta, pero bastante prudente de la banca en la que me encontraba.
Pude verte quitar los audífonos de tus oídos, guardarlos en tu bolsillo, y te acercaste un poco más. Me miraste y me pediste por favor que te dijera mi nombre a cambio tú me ofrecías decirme el tuyo.
Y de qué me servirá saber tu nombre. Pregunté.
Te agradará, podremos conocernos, y sabrás que todo comenzó sólo por la acción de dejar saber el nombre uno del otro. En ese momento pensé que esa había sido una buena respuesta.
La amistad no se hizo esperar. Hacíamos muchas cosas juntos, nos acompañábamos siempre que había oportunidad; bueno a decir verdad, cada vez que había un pretexto y cualquier excusa era perfecta para estar a su lado. Parecía sentirse igual que yo, era increíble. Entablamos una amistad que daba la idea de que podría superar cualquier situación.
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Hope [OS: Larry Stylinson]
Fanfiction"Las cosas que no se dicen suelen ser las más importantes." | Todos los derechos de autor van para la persona que creó esta historia, yo sólo me tomé el tiempo de adaptarla. |