💙Como la luz de la luna💚

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Evve

Era un día lluvioso y yo una pequeña eevee, estaba ubicada bajo un gran árbol, el cual me protegía de cada gota brotante desde las oscuras nubes, que hoy empapaban la tierra sin piedad alguna, el viento soplaba delicadamente en las ramas y hojas de los árboles, también esté se deslizaba con cuidado entre mi sedoso pelaje, era casi un ambiente nostálgico o incluso triste, de aquellos donde hacen su aparición los recuerdos, que están resguardados en un envoltorio gris y deprimente.

Digamos que..., Yo era especial, una hembra fuera de lo común, era la única Eevee, o al menos eso creo, con ojos color esmeralda, un tono esmeralda opaco, muchos entrenadores quisieron atraparme a mí, muy corta edad, pero por alguna razón, aunque estuviera debilitada casi completamente, la pokeball nunca me resguardaba en su interior y por lógica, decían que era un sencillo error, un maldito error, eh llegado a pensar que quizás nisiquiera sea un Pokémon o al menos, no uno normal.

Yo me encontraba mirando el paisaje, aquel grisáceo paisaje deprimente, mientras me preguntaba, ¿porque debía ser diferente?, Solo quería un poco de amor como los demás, Cuando entonces, desde unos arbustos algo se asomó o más bien, Alguien. era ni más ni menos que un glaceon, mal herido, movilizandose con dificultad, entre la lluvia, viento y esas tan puntiagudas ramas del arbusto.

Desde aquel lugar que le hería físicamente se retiraba, pero él, dio un brusco salto.  Logrando salir de entre las ramas, su brincar fue casi majestuoso, aquel me dejó sin palabras, fue un salto simplemente perfecto ante mis ojos e así aterrizó torpemente frente a mí, diciéndome con una expresión dolorosa:

—Ayuda...—

Mientras a su vez caía inconcientemente, demostrando estar sin energías, yo sin dudar ni rechistar me acerqué con rapidez, percatandome de las variadas heridas que tenía en su cuerpo helado, aquellas heridas de gravedad podrían matar a cualquier ser vivo de manera lenta, desesperadamente pedía auxilió, no podría soportar ver morir a alguien justo frente mis ojos y repentinamente apareció una persona anonada, con un paraguas entre la lluvia, más bien, él era un niño, que calculaba, tendría siete años de edad, de pelo castaño y ojos verdes, tan verdes como un pino, él cual se percató de la situación, tomando la asertiva decisión de llevarselo con cuidado, suguiriendome que inclusive le siguiera, quizás pensó que yo era una amistad de aquel shiny, aquello vendría a ser un mal entendido, pero por mera curiosidad decidí seguirle, para ver el futuro estado del Pokémon, que en cierta forma me preocupaba, Prontamente llegamos a una cabaña, no muy lejana de donde nos encontrábamos con anterioridad.

—entra eevee—

Dijo con seguridad el pequeño, adentrándose a lo que parecía ser su hogar, al contrario del chico me adentre con inseguridad, sentandome en una esquina, su casa era pequeña e inclusive tosca por fuera, pero en su interior, era una coloración bastante llamativa, totalmente lo contrario a ese exterior tan poco llamativo, el padre del chiquillo apenas le vio con aquel Pokémon entre sus brazos, dió casi un salto desde el sofá, para después dirigirse de manera directa hacia el joven glaceon, llevandoselo, supongo que queriendo curar sus heridas, prontamente el infantil chiquillo, se fijó en mis ojos, quedando con una expresión embobada, esa expresión era la que todos los entrenadores ponían antes de tratar capturarme, así que me puse a la defensiva, casi por instinto, aunque sabía que a pesar de todo..., nunca podría resguardarme en su pokeball, pero el solo pronunció:

—me seguiste asta aqui, de verdad debe importarte tu amigo, al seguirme quedaste muy empapada y con barro en tu pelaje, te bañaré, si no te importa—

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⏰ Última actualización: Dec 09, 2018 ⏰

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