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Los tres príncipes se colocaron frente a la lápida donde la bella Suyeon había sido enterrada. Seokjin lloraba y Taehyung se había quitado la ropa que portaba, y se acostó a su lado. Namjoon no podía soportar ver la imagen, así que retrocedió sin decir nada.

Tenía que encontrar una solución. No quería casarse con cualquier chica, quería casarse con Suyeon. Además, quería borrar la imagen de ella con los brazos llenos de sangre, pues había cogido un cuchillo y se había cortado las venas.

Tomó su caballo y se introdujo hacia el bosque. No le importó lo que le sucedería a sus hermanos, ellos se quedarían ahí y se casarían, pero él quería una solución diferente. Ser el más inteligente de los tres le había hecho conocer a muchas personas. Entre ellos, había conocido a uno que le comentó que si se entraba al bosque y encontraba una casa al lado de una cascada, encontraría a un brujo que podía cumplirle cualquier deseo.

¡Realmente quería encontrarlo! Aunque sea algo que no creyera en primer lugar...

Montó su caballo por días, no recordaba, pero estaba cansado. Se estaba a punto de rendir cuando encontró una casa, pero no necesariamente al lado de una cascada. Realmente quería descansar, decentemente y no en el suelo o estar comiendo animales salvajes. Le daría todo, pues después de comer y descansar regresaría al reino y se casaría con quién le hayan impuesto sus padres. Ya no quería seguir haciendo eso.

Tocó la puerta con rapidez, pues se había desatado una fuerte lluvia de repente. Típico del final de otoño, así que supuso que pronto comenzaría el invierno y con ello tal vez un mes desde la muerte de su amada. La puerta se abrió mostrando a un anciano de aproximadamente 80 años, con una barba larga que podía llegar hasta su ombligo y bastante cansado.

—¿Podría pasar la noche, señor? Estoy muy lejos de casa.

Esperaba que pudiera reconocerlo como el príncipe del reino, sin embargo el señor no dijo nada, solo lo dejó pasar. Al ingresar notó a una mujer con un niño de aproximádamente tres años en brazos. Estaban mojados así que supuso que también estaban ahí por refugio. La lluvia realmente era torrencial.

Debía estar apestando, pero el olor de la lluvia difuminaba el olor de su cuerpo, además habían un ligero olor a hierbas en  la casa. Se sentó cerca del fuego de la chimenea y frente a la mujer, que le asintió en forma de saludo. El anciano le tendió una taza de té para que entrara en calor, pues cuando llovía hacía muchísimo frío.

—¿Cómo es que está tan lejos de la capital, príncipe Namjoon?

La pregunta le indicó que el anciano sabía de su existencia, así que luego de dar un trago de su bebida, empezó a contarle la historia. Sin embargo, no podía formular mucho su historia gracias al repentino llanto del niño. Era un llanto bastante molesto. No era normal, era como si el niño lo hiciera a propósito. Gritaba con tanta fuerza que empezó a dolerle la cabeza.

—¡Jimin, el príncipe está hablando! Deja de llorar— su madre le riñó, pero el niño aumentaba más su llanto. Namjoon siguió su relato, pero el llanto incrementaba y la voz de la madre también se ponía un poco molesta para él.

Así que en el momento que se iba a voltear para ver si podía calmar al niño, observó cómo la madre empujó al niño y este cayó en el fuego, dentro de la chimenea.

Namjoon se levantó abruptamente, tirando su taza al escuchar y ver al niño quemarse. La escena era terrible. Quiso inclusivo meter las manos, al igual que la madre, hacia la chimenea, pero era imposible. El fuego parecía arder con gran fuerza y no fue hasta que arrojaron agua hacia el fuego que se detuvo, más solo quedaban los restos quemados del pequeño niño de solo tres años.

La madre lloraba desconsoladamente repitiendo yo no lo quise hacer, no sé qué me pasó.

Namjoon, perturbado, decidió irse. Otra vez había visto alguien muerto en su delante y había muerto solo por él, pues la madre quería oírle. No soportaba eso.

—Príncipe Namjoon, no se marche. Ha encontrado la solución.

El anciano le dijo, pero Namjoon no comprendió. ¿A qué se refería? Sin embargo antes de emanar alguna palabra, observó cómo el anciano tomó los restos del niño calcinado y lo colocó sobre el mantel de la mesa. Se podía ver todo el cuerpo quemado en un estado bastante terrible.

El niño estaba muerto.

La madre lloraba en una esquina.

Namjoon estaba perturbado.

El anciano sacó algo de su bolsillo. Una botellita donde pudo ver un polvo verde dentro de ella.

—¿Qué va a hacer? — Namjoon titubeó. El anciano había sacado un libro de no sé dónde.

—Revivirlo, así como lo harás con tu amada.

Se petrificó. Namjoon observó cómo el hombre decía algo en un idioma bastante extraño y pronto echó el polvo verde sobre él. Una nube de humo verde salió de repente impidiéndole ver con claridad, pero pronto escuchó la risa del niño, y verlo corriendo hacía su madre, aún llorando, lo asustó más.

Él niño había revivido.

—Ve y revive a tu amada — El anciano le dijo, brindándole el polvo verde. Namjoon estaba agradecido enormemente el haber dado con el lugar correcto de casualidad. — Mucha suerte, Namjoon.

Y tan pronto como vino, se marchó.

Namjoon regresó a la ciudad y sin dudar fue inmediatamente hacia el cementerio, donde encontró a sus dos hermanos tal como les había visto por última vez. Seokjin llorando, Taehyung acostado a un lado, desnudo.

—¡He encontrado la solución, hermanos!

Ambos jóvenes voltearon a mirarlo sin entender a que se refería el hermano del medio.  —Suyeon podrá escoger a uno.

Dijo. Namjoon sabía que luego de encontrar la nota que había dejado Suyeon ninguno se suicidaría. Suyeon no podría vivir con ello. Así que debían respetar la decisión que tomaría.

Namjoon, con ayuda de sus hermanos, excavó para sacar el cuerpo de Suyeon en descomposición. No estaba bonita, ni olía muy bien, pero no le importaba. La quería como sea. Así que le encendió fuego.

—¿¡Qué crees que haces, Namjoon!?— Seokjin le dijo, exaltado, pero su hermano menor no respondió. El menor de los tres solo se mantuvo observando. Luego, Namjoon echó el polvo verde y repitió la frase, que se había aprendido, en el idioma extraño, que luego reconoció como latín.  El humo verde que vio en la casa del anciano volvió a salir y pronto escuchó que alguien comenzó a toser con fuerza.

Supuso que la chica saldría desnuda tal como había visto al niño correr hacia su madre, así que se sacó el abrigo y se lo colocó a su lado antes que el humo se disipara.

Los tres príncipes se quedaron observando a la muchacha desnuda, que se colocaba pronto el abrigo y parpadeaba con fuerza al no poder creer que estaba viva.

Tenía muchas preguntas en su cabeza, pero sobre todo: ¿Cómo es que estaba viva?

Pero lo único que tenían en la cabeza los tres príncipes era:

¿A quién va a escoger finalmente?





Proposal +Ksj + Knj + Kth ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora