La bestia de los ojos rojos

Este relato me pasó en octubre 30, en el 2017. El día había comenzado como cualquier otro, cual sería mi sorpresa que este día sería uno de los días más espeluznantes de mi vida. Lo que pasó durante aquel día hasta el día de hoy lo sigo sin poder comprender. ¿Qué demonios fue esa cosa con la que me encontré esa noche?

Todo había comenzado muy bien me acuerdo que ese día era un lunes, yo no tenía clases ni tampoco trabajaba, entonces me la pase haciendo tarea que debía entregar la semana próxima de español e historia. Después de haber terminado la tarea me había dedicado a mirar videos sobre historias de hombres lobos y nahuales, para los que no saben que son los nahuales; son seres que tienen la habilidad de poder transformarse en el animal que ellos quieran, bueno el caso fue que yo estaba disfrutando de mi día libre mirando todo esos relatos e historias.

Ese mismo día mi hermano necesitaba un aventón para mirar a su novia quien vivía en otro pueblito llamado Víctor, en California, este pueblo estaba como a diez o quince minutos de retirado de nuestra casa que está en el pueblo de Lodi. Cabe de mencionar que en este pueblo hay muchas granjas de animales como, vacas, gallinas y otros animales de granja. Yo siempre disfrute la manejada por esos caminos llenos de llanura y soledad, donde solo se pueden mirar los animales pastando, las parcelas de maíz y cómo ignorar las hermosas noches donde se pueden mirar las estrellas y las nubes cubriendo la luna. En esas hermosas noches de otoño donde las puestas del sol se miran demasiado hermosas, las cosas que me gustaban pronto se iban a tornar en una experiencia que nunca iba a olvidar esa noche.

Después de dejar a mi hermano en la casa de su novia me estacione en uno de los campos de uva que había cerca de su casa y miraba cómo los trabajadores estaban podando las uvas y juntando las que se hubieran quedado atrás. Después de un buen rato de observar a estos trabajadores me retiré a mi casa para salir con mis amigos y jugar vídeo juegos. Varias horas de estar con mis amigos, mi hermano finalmente me hablo para que fuera por él ya que eran como las once cuarenta y cinco de la noche y para el día siguiente ya tenía que ir a la universidad.

Ya era la medianoche cuando decidí estacionar me en la orilla del camino donde previamente había mirado a los trabajadores que estaban podando las uvas, y así poder mirar las estrellas esa noche ya que en el campo no hay tanta luz que impida la vista a las estrellas y la luna que se estaba poniendo a la distancia. Cuando a lo lejos mire un enorme perro negro como si fuera un husky peludo y negro como la noche, que por alguna razón las nubes negras habían devorado la luna que alumbraba la noche. Al principio no le tome atención al animal ya que por esa parte del campo e sabido que hay muchos coyotes y pensé que era un perro de los rancheros que estaría cuidando a los animales de los coyotes. De repente me di la vuelta para mirar si el animal seguía en esa dirección y fue ahí que miré que esa bestia tenía unos ojos rojos al fuego vivió como si fueran dos carbones mirando mi alma.

En ese mismo instante no tenía miedo sino pura curiosidad por mirar qué rayos era esa bestia peluda, pero el sentido del razonamiento me dictaba que era mejor que no saliera del vehículo y mejor me quedara distanciado del animal desconocido. En ese instante mire como el animal empezó a merodear por las viñas de las uvas, cuando las cosas tomaron un giro inesperado, el animal empezó a correr en la dirección en la que yo estaba. ¿Sería esto una coincidencia o ese animal corrió en mi dirección para acechar?

No quise esperar para averiguar el desenlace de ese encuentro y en ese mismo instante me dije "vámonos de aquí porque espanta ", procedí a encender el carro y manejar por la carretera, pero para mí mala suerte esa cosa echó a correr tras de mi camioneta yo le pise hasta el fondo, pero por el espejo se podían observar los ojos rojos del animal. La peor parte de la noche fue cuando de repente un campo de neblina pesada empezó a descender sobre la carretera y esa cosa todavía estaba detrás de mi carro. Yo seguía manejando y miraba como esa cosa estaba cerca de la defensa trasera, de repente empecé a rezar una oración y como arte de magia la neblina y los ojos de ese animal feroz empezaron a desaparecer hasta esfumarse por completo. Cuando mire el reloj me había dado cuenta que ya eran la una y media de la mañana y tenía más de veinte llamadas perdidas de mi hermano fuese como si el tiempo se había congelado porque no había sonado mi celular y parecía como si esa cosa solo me fuese persigo por unos instantes.

Desde ese día sigo sin saber qué fue lo que mire aquel día, pero creo que fue un nahual o un skinwalker lo que es cierto es que cada vez que paso por ese tramo de la carretera me da un escalofrío tenebroso que me pone los pelos de punta. Incluso cuando la estuve recordando eso eventos para compartir los me dio escalofríos.

Muchas gracias por su tiempo y espero les haya gustado mi relato de la bestia de los ojos rojos. En un futuro seguiré subiendo relatos de terror gracias.