Día 1: Pánico

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Era la primera vez que Marco iba a la casa de Miguel, quería causar una buena impresión, pues, a pesar de lo duro que había sido ser aceptada su relación, tenía una imagen que mantener, con todo y lo atractivo que era, el de ojos ambarinos se arregló, se sacó los pelitos de la nariz, se afeitó y se perfumó con su mejor fragancia, ya listo, a punto de salir de su casa, su madre lo interceptó.

—Madre, no quiero llegar tarde—dijo Marco rodando los ojos.

—Aunque sea péinate las cejas— se lamió el dedo pulgar y empezó a acomodarle las cejas.

—¡MAMÁ BASTA!—La madre rió ante el puchero de su hijo y lo besó en la frente.

—Bueno, pero llévale esto a Luisa y su familia, se los prepare con mucho amor— le extendió un tupper con pollo con mole, lo que mejor le queda a la señora y el favorito de Marco.

—Claro mamá, te amo, regreso al rato, bye.

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Miguel quería que todo saliera perfecto, compró un aromatizante para que su casa no oliera mal, aunque siempre oliera a comida casera, se aseguró de que Socorro se viera muy linda, el se colocó su guayabera favorita y tomó un perfume de su papá, barrió el patio de su casa, sacudió el aparador donde estaban las cartas de su tatarabuelo a Mamá Coco, inclusive ayudó a hacer él arroz.

—Veo que realmente te preocupas por ese chico—bromeó Rosa.

—Pues Marco es muy exigente y especial, no quiero que me deje por que no le agrade mi familia.

—Pues contigo se amoló—repuso Abel—vienes con el paquete de la familia completa, somos todos o nadie.—Los tres primos se rieron hasta que llegó Tío Berto.

—Migue, llegó Marco.

Miguel se puso tan nervioso que empezó a fajarse de mil y una formas hasta que Rosa lo controló, lo desfajó y lo llevó al patio.

Marco estaba saludando a todas las tías de Miguel cuando él salió, Marco volteó a verlo y sintió como su corazón paraba en seco, se veía increíblemente apuesto, de por si ya lo era, llevaba un ligero rubor en sus mejillas que lo hacía adorable, como típico grupo de tías chismosas mexicanas, empezaron a reír de manera nerviosa y se metieron todas en grupo llevándose a Rosa para verlos por la ventana de la casa.

—M-Miguel, wow, te ves...

—¿Mal?

—Iba a decir que extremadamente guapo pero bueno, lo que tú digas.—Miguel golpeó su brazo y Marco lo tomó de la cintura para darle un beso en la mejilla en forma de saludo amoroso, se escuchó un "awww" muy lejano, las tías estaban echando chisme asomadas por la ventana.

—Mira Migue, mi mamá preparó mole con pollo para tu familia, es lo que mejor le queda, espero les guste— Dijo Marco mientras extendía el tupper a su novio.

—Aiñ, no tenías porque molestarte—respondió Miguel, en el momento en que el de ojos café oscuro lo iba a tomar, sucedió algo, Dante, que estaba escondido por un costado de la casa, dormido, detectó el olor del mole, su comida favorita, se levantó, se relamió el hocico con torpeza y empezó a olisquear llegando a la parte frontal de la casa donde vio a su dueño y la procedencia del exquisito aroma, una caja rara de plástico.

Miguel estuvo apuntó de tomarla cuando Marco oyó un ladrido, observó a un perro xoloescuincle de tamaño GIGANTE que venía corriendo hacia el, el mariachi azul por instinto, tiró el tupper derramando el contenido en el suelo y se escondió atrás del mariachi rojo y ese sólo sintió como su pareja empezaba a temblar.

—¡MIGUEL, DESASTE DE ESA COSA DE INMEDIATO!

—Espera, ¿le tienes miedo a los perros?

—¡NOTEBURLESYSÁCALODEAQUÍ!

Miguel miró a Marco y suspiró al ver tan adorable gesto de su novio, y no pudo evitar carcajearse al ver a Dante disfrutando de aquel delicioso festín.

—Creo que el mal triunfó esta vez— Miguel tomó de los hombros a su novio—platícame de donde salió tu pánico a los perros.

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Marco tenía 5 o 6 años cuando empezó su temor a estos animales, recuerda que él estaba comiendo afuera de su casa muy tranquilamente, cuando un labrador que se había soltado de su dueño y el muy emocionado por el animal se acercó con su comida en la mano con la intención de acariciarlo, pero este al ver la comida, se abalanzó encima de él y lo mordió en la mano.

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—Por eso tengo esta cicatriz— Nuestra pareja había ya entrado a la habitación de Miguel, Marco abría y cerraba su puño para mostrar la herida ya sanada, pero eso no dejaba de lado la fobia a los animales.

—Mmm...—Miguel se sentó más cómodamente en su cama y le hizo una señal a su acompañante para que él se recostara en sus piernas, este lo hizo, pero en una posición fetal sobre su regazo y el Rivera empezó a cantar para intentar tranquilizarlo mientras De la Cruz tenía los ojos nublados.

Si siembras una ilusión, y la riegas con tu amor,

Marco se sorbió los mocos y se dejó llevar por la letra de la canción.

Y el agua de la constancia, brotará en ti una flor y su aroma y su calor, te arropará cuando algo vaya mal.

Miguel comenzó a acariciar el cabello de su novio, este sintió escalofríos ante el tacto pero no protestó.

Si siembras un ideal en la tierra de ml quizás, y lo abonas con la envidia, será difícil de arrancar la maldad de tu alma si hecho raíz.

Y que mi luz te acompañe pues la vida es un jardín, donde lo bueno y lo malo si confunde y es humano no siempre saber elegir.

Marco cerró los ojos ya un poco más tranquilo ¿Tan poderoso es el amor?.

Y si te sientes perdido y con tus ojos no has de ver, hazlo con los de tu alma y encontrarás la calma, tu Rosa de los Vientos seré.

Miguel sonrió al ver más tranquilo a su novio, pero no quería que se llevara mal con Dante, mas sabiendo lo tranquilo que es, y como invocación, el perrito se asomó por la puerta del cuarto con la cabeza gacha y las orejas caídas, como si entendiera la situación, su dueño le hizo una señal para que se acercara y se subiera a su cama, Marco, al sentir el movimiento, se sentó y su pulso volvió a acelerarse.

—Tranquilo Marco, Dante no es igual a aquel labrador, el es tranquilo, bueno, no, pero nunca te haría daño.

—¿Estas seguro, Miguel?—contestó híper ventilando.

—Claro, confía en mí—en eso, Miguel tomó la mano de Marco, para guiarla hacia Dante, este se recostó para demostrar lo que dijo su dueño. Cuando De la Cruz sintió la piel calva de Dante, se puso tenso, pero Rivera lo calmaba, así que sabía que él lo guiaría. En poco tiempo, Marco y Dante ya estaban como si nada hubiera pasado, esto no quería decir que el de ojos ambarinos hubiera perdido su miedo, pero sintió lo especial que era este xolo.

—Me siento tan feliz, Marco—dijo Miguel antes de inclinarse y colocar un beso en la frente de Marco, y este sintió:

Un amor tan maternal como el de su madre, sabía que con Miguel Rivera estaría seguro, que lo amaría a pesar de las adversidades y que lo ayudaría a superar sus miedos.

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¡Hola! Soy Arely, y este es el proyecto del Día 1 de la Marguel Week: Pánico, siempre he tenido un HeadCanon donde a Marco le dan miedo los perros, así que se me hizo adorable ponerlo para el día de hoy, esperen más mañana.

¡Ah! Casi lo olvido, intenten adivinar el grupo y la canción que Miguelito bb cantó para Marquito bb.

Ahora si...

¡Gracias, besos, bye!

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