Epílogo

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El mar seguía siendo tan azul y bravo como siempre a pesar del paso de los años. Hoseok seguía siendo tan atractivo y atrayente como el primer día también, solo que en ese instante en lugar de la lluvizna tibia de verano se encontraba bajo el sol tranquilizador del invierno. Sus manos se movían con maestría mientras ligaba las astillas de madera del bote del abuelo de Jin. Habían decidido pintarlo de azul turquesa en esa ocasión.

—Ten cuidado chico, si destrozas tus manos con astillas mi nieto me echara la culpa.

Hoseok sonrió y asintió ante lo que el hombre decía sin perder la agilidad en su trabajo. Sabía que Seokjin estaría sentado en la arena con sus auriculares puestos, su abrigo marrón y el rock clásico de los ochenta en cuanto terminase de escribir un par de capítulos de esa precuela de su primera y famosa novela. Quién iba a pensar que realmente unos personajes basado en su amorío de verano pudiese vender tanto. Jin incluso tubo que improvisar nuevas historias y ejemplares, a cada cuál más erotico. Hoseok no se quejaba, cada noche tenían una sesión de inspiración realmente placentera en la casa que habían comprado cerca de la playa. Se trataba de un lugar pequeño y acogedor que los mantenía cercanos al mar sin las goteras de la caravana, la cual se negaban a llevar al desguace. Jin estaba convencido que con lo que sacase de esa precuela podrían arreglar esa lata de hierro oxidado que aún permanecía aparcada sobre la arena con algunas de sus pertenencias y principalmente objetos de pesca.

—Hoseok - la voz de Seokjin provocó una rápida e instintiva sonrisa en Hoseok quien sabía que a su trabajo le faltaba poco pues el escritor pronto comenzaría a quejarse argumentando que su abuelo pasaba más tiempo a solas con su novio que él mismo - Ven a comer algo, he intentado una nueva receta.

El abuelo de Jin alzó una ceja divertido pero no dijo nada ante la nula invitación que su nieto le había hecho. Realmente se había acostumbrado a observar la forma en la que esos dos funcionaban, siempre discutiendo por una tontería que los llevaba a las carcajadas y vuelta a empezar. Estaba claro que sus peleas no incluían ningún tipo de violencia verbal o física, era más bien como Jin queriendo llevar a Hoseok a su terreno y este último negándose a colaborar.

—¿Qué es lo que tienes para mi? - Hoseok sonrió y mientras se limpiaba las manos se sentó sobre la arena a un lado de su novio.

—He leído que son frutas afrodisíacas, necesito mucha inspiración hoy así que arreglatelas para echar a mi abuelo y vayamos a la caravana. Creo que los personajes de mi precuela necesitan volver al lugar en el que todo comenzó. ¿No suena bien para ti?

Hoseok miró las frutillas decepcionado, realmente esperaba un gran plato de comida como los que Jin solía preparar para sí mismo.

—¿Esto es todo? Tendrás que darme más si quieres que desempeñe un buen papel en la conquista de tu inspiración.

—Quiero esa inspiración cuanto antes, sea poca o mucha.

Hoseok sonrió una vez más y tras dejar un suave beso sobre los labios de Jin, regresó al trabajo. Le gustaba eso, sentirse arropado por el cariño de su pareja, ayudar a sus abuelos o de vez en cuando sumirse en una absurda discusión que arreglarían con una noche de besos y a la vez tener su espacio, ser libre para decidir y hacer lo que queria sin que Seokjin protestase. Era increíble como los dos lograban compenetrarse. Ni siquiera habían decidido estar juntos porque el resto del mundo no los entendía, habían decidido estar juntos porque realmente amaban esa sensación de felicidad que los envolvía cuando se encontraban juntos.

Seokjin se quedó en la arena y alzó de nuevo la mirada hacia el cielo azul, todo lo que lo rodeaba aportaba una tranquilidad infinita a su cuerpo. Sabía que ese lugar siempre tendría recuerdos encerrados de dos chicos incomprendidos que decidieron pasar el verano juntos y alargar este cada vez más hasta finalmente sumirse en una estación eterna. Querían estar juntos, así que simplemente lo estaban. Era tan sencillo como eso.

—Hoseok, deja eso ya y ven - protesto acercándose. Le gustaba la cara que su novio ponía siempre que se volvía pesado.

Hoseok solía fruncir el ceño y rodar los ojos antes de envolverlo en un abrazo. Y Jin fingia que las cosquillas que vendrían a continuación eran realmente insoportables incluso cuando por nada del mundo quisiera apartar esas manos de su cuerpo.

—Déjame acabar esto e iré.

Pero Hoseok siempre acababa cediendo, porque al final de cuentas ese escritor siempre había sido su punto débil. Desde el momento en el que le respondió cuando nunca hablaba con nadie, o el instante en que lo dejó pasar a su caravana cuando detestaba que la gente se acercase. Jin le gustaba demasiado, lo quería demasiado y por eso su único objetivo actual era poner sonrisas sobre su rostro y calmar su pasado.

Sabía que Seokjin estaba asustado, que en el pasado había tenido una relación tóxica que durante años lo volvió inseguro obligándole a aislarse en Blue Side. Por eso necesitaba ser su cura, ayudarlo de la misma forma que el escritor lo había hecho con él sin tan siquiera saberlo.

Seokjin aún no comprendía porque Hoseok se había quedado a su lado pero en su interior conocía lo suficiente al muchacho como para entender que su relación iba más haya de las explicaciones simples. Se habían encontrado el uno al otro, habían aprendido a quererse y disfrutar venciendo a la soledad juntos.

—¿Por qué me quieres? - preguntó sonriente entre los brazos de Hoseok.

—Porque eres un ser humano realmente agobiante, pesado, atrayente y solidario que decidió inspirarse con el chico más temido de Blue Side y supo distinguir que en realidad ese muchacho no era malo. Que sólo se sentía asqueado de la sociedad que lo rodeaba. Supiste entenderme, aún lo haces, eres la única persona que puede darme momentos de felicidad... Así que supongo que te quiero porque contigo soy feliz, y eso es algo que pocos consiguen.

Jin sonrió más ampliamente y girando, todavía entre los brazos de Hoseok, posó sus manos sobre el pecho de este y lo besó. Jamás se cansaría de ese roce suave y tibio, ni de la calidez que lo envolvía cuando se dejaba caer en el cariño que su pareja le regalaba. Jamás se cansaría de su chico malo en apariencia, tan dulce como el chocolate blanco en el interior. Sin duda, esa era una relación forjada por las tormentas de verano.

Back To Blue Side [2Seok] - MINIFIC Donde viven las historias. Descúbrelo ahora