El mapa de la Atlántida

Capítulo 2

Cuando desperté me encontraba en un Hospital al parecer los ladrones después de dormirnos con ese gas quisieron borrar sus huellas y decidieron quemar el edificio, claro está que al estar en pleno  centro de Madrid no consiguieron mucho pero si que esa distracción les proporcionó una salida fácil y que todo Madrid por un momento se paralizase. 

De ese edificio yo salí con quemaduras de primer y segundo grado y una pierna rota debido a la maravillosa lámpara del Señor Sevilla que me partió la tibia por la mitad, las quemaduras se distribuían por todo mi cuerpo excepto en mi cara, todo eso significaba que me tocaba una larga recuperación, de uno o dos meses.

Ese largo periodo de tiempo sabía que lo iba a pasar sola ya que mis padres no tenían dinero y eran de el sur de Italia, allí se decidieron mudar cuando les tocó jubilarse.

Y yo, lo único que necesitaba era un nuevo objetivo, un objetivo que hiciera que mi vida volvía a tener sentido, cada vez la posibilidad de hacerme espía se hacía más tentadora, no tenía claro como iba a llegar ahí o si lo iba a lograr, después de dos segundos me dí cuenta de las ideas tan absurdas que acababa de pensar.

Decidí coger el ordenador y ponerme a investigar, todo me parecían trabajos corrientes, y no despertaban nada en mí, así que me dirigí hacia la deep web, el internet profundo suele ser un buen recurso si quieres órganos, humanos, armas o cosas peores pero a mí no me interesaba nada de eso, siendo sincera ni yo sabía lo que estaba buscando. Después de una hora, lo encontré era un anuncio de un tal "Zer0" el anuncio decía así:

"Se busca persona joven y atlética, flexible y de baja estatura, que quepa por sitios pequeños, y que esté dispuesto a robar, el golpe será en siete meses"

No sé por qué le dí mil vueltas, al final como no, acabé aceptando, estaba claro, había perdido la cabeza, de esos seis meses tenía que estar dos sin hacer nada eso significaba que solo tenía cuatro meses par intentar ser todo lo flexible que pueda y hacer boxeo o algo, estaba claro, había metido la pata ¿y cuanto? hasta el fondo.

A los dos minutos me llegó un e-mail de una persona desconocida, en el estaba toda mi información desde quienes eran mis padres donde vivían y  sus cuentas bancarias hasta a que clases de pintura me apuntó mi madre cuando tenía diez años, lo había entendido, esto era serio y a cada segundo que pasaba dudaba entre si lo que había hecho era una buena idea o no.

Al final de ese mail estaba otra vez "Firmado: Zer0"

Por el momento creo que me concentraré en curarme las quemaduras e intentar ponerme en pie lo antes posible, luego ya me ocuparé de los temas de ese tal "Zer0"