Colocaba una a una las pequeñas bolsitas y cajas enfrente la cajera.
La pequeña cesta azul con asas verdes a mi lado contenía todas la cosas que había cogido anteriormente.
La chica de la caja miraba atenta mientras colocaba las cosas enfrente a ella. Al poco de terminar de poner las cosas y vaciar la cesta, la chica empieza a pasar cada producto y pasa de estar atenta a mi a yo a ella.
La chica morena de ojos oscuros pasaba los productos con cansacio en el escáner.
Ya terminado, puse todo en dos bolsas de plastico bien llenas, que pesaban bastante. Saliendo del local el frio de lugar me hizo tiritar, ya que tenía camiseta y pantalones cortos. A parte de todo esto también era de noche y algo tarde. Las pocas personas que habían en la calle llevaban grandes abrigos incluso paraguas como si lo hubieran sacado mágicamente. Al parecer mudarse de país, no se controla muy bien el tiempo, hace pocas horas hacía bastante calor y ahora parece invierno.Casi temblando del frío, con mis brazos tensas por el peso de las bolsas, andaba algo dificultosamente en la acera.
Mi casa estaba a unos minutos andado, y me arrepentí por un momento por haber comprado en estas horas que por la mañana al siguiente dia.Pasó un minuto mas o menos y empezó a chispear. Ya cansada, agarré las bolsas con más fuerzas y empecé a andar mucho más rápido, súbitamente llovió como si fuera el fin del mundo.
Paré, por el rojo del semáforo, unas cuántas personas que estaban en mi misma situación, esperando el cambio de color verde del semáforo, con paraguas y grandes abrigos que al verlos me dieron incluso envidia.
Miraba hacia el suelo, mi pelo mojado con las bolsas en las manos, la ropa tambien estaba mojada...De repente siento como dejo de mojarme, y una pequeña sombra se refleja en el suelo por la pocas luces de la noche. Miré hacia arriba y veo como había un paraguas.
Miré hacia la derecha, un chico bastante alto, de pelo y ojos oscuros, puso el paraguas en esa posición para que no me mojara. Este consciente de eso miraba hacía el semáforo como si no hubiera hecho nada.
El chico vestía con vaqueros claros, camiseta negra y un abrigo largo de color marrón.El semáforo se puso en verde y todos lo que estabamos esperando, nos empezamos a mover para ir a la otra acera. El chico seguió extendiendo el paraguas para los dos.
El camino fue algo eterno, varias personas a nuestros lados pasaban rápidamente, se escuchaban los zapatos contra el suelo mojado, algunos pitidos, los motores de los coches, y el cambio de la fuerte lluvia a una más suave.Al llegar a la otra acera, el chico se detiene y me para a un pequeño techo de un restaurante que ya estaba cerrado, cogió mis bolsas y dejándolas en el suelo y apoyó el paraguas medio cerrado en la pared más cercana.
Este se quitó su larga chaqueta de tela marrón dejando ver su camiseta negra de manga larga, cuello alto y algodón.
-Toma.-Dijo extendiendo la prenda hacia mí.
Le miré sorprendida, y cogí el abrigo.
Poco a poco me puse el abrigo, me quedaba bastante largo, casi me tocaba los tobillos.
De repente vi como cogió mis bolsas con una mano y la otra con el paraguas. Me miró como si me esperaba.-Soy Jun.-Dijo amablemente.
Hubo un silencio, de desconfianza, era una extraña situación. De la nada aparezca un chico que te da su abrigo y te ayuda.
El chico a dos metros de distancia me miraba esperando respuesta.-Puedo acompañarte, hasta el sitio que tengas que ir, debiste pasar mucho frío.-dijo gentil.
-No te conozco de nada.-Digo cortante.
-Bueno, si ese es el caso...
El chico, Jun, dejó las bolsas cerca mía, cogió el paraguas y la dejó en una de mis manos. Quedándome con su abrigo y el paraguas.
-Si te sientes más segura así.-Dijo con media sonrisa.
-Pero son tus cosas, ¿Cómo voy a devolvertelas?.
-Puedes quedartelas, así no se te olvidará cuando salgas coger el abrigo y el paragüas, puedes enfermarte.
-¿Pero tú?, ahora vas a mojarte.-Digo.
-Tranquila vivo cerca de aquí.-Terminó y se marchó.
Abrí el paraguas y cogí las bolsas y hice el resto del camino hacia mi casa que estaba a unos tres minutos de donde estaba.
Ya llovía mucho menos pero hacia bastante frío, en unas de las pantallas de unos edificios por donde pasaba, ponía el tiempo, y marcaba trece grados...Llegué a mi casa, donde era un piso con tres plantas. Subía las escarelas cansada y analizado todo lo que tendría que hacer ahora.
Un ruido me interrumpió, al final del pasillo donde estaba cada una de las demás puertas de las otras casas, unas detrás de otras, se veia como abría dificultosamente la puerta, un chico alto..., Jun.
Ese chico era mi vecino. Me quedé tan sorprendida, que me congelé enfrente de mi puerta mirándole de abajo arriba. Parecía ni darse cuenta de mi presencia estaba muy metido en intentar abrir la puerta. Pude ver con las pocas luces del edificio como estaba suavemente su ropa mojada y su pelo parecia que se lo hubiera recién lavado después de una rápida ducha.
Finalmente, abrió la puerta hacia su derecha, y mágicamente se dió cuenta de que estaba allí, yo, viéndole.
El sonrió, y en ese momento me acordé, que me acompañaría a el sitio donde iba, por que el sabía que era su vecina.
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One-Shots Seventeen
Fanfiction-''Todo lo que se puede imaginar es real'' Pablo Picasso.