El movimiento del tren hacia que me durmiera aún más. Estaba cansada del trabajo. La media hora del tren de camino del trabajo a casa, era algo agotador, pero las pocas personas que habían en el tren y el silencio del lugar hacia que se escuchara suavemente el ruido de la gran máquina en el que estaba montada.
Estaba sentada en el asiento que daba hacia la ventana de vidrio transparente. Mi cabeza se apoyaba en el vidrio como si fuera el hombro de otra persona. Aunque era algo incómodo, era lo suficiente para descansar un poco en el tiempo de vuelta.
Quedaban siete minutos para la llegada, con los ojos algo pegados del pequeño sueño que me echaba junto al cristal, restregué mis manos en mis ojos, y pasé mis manos por mi pelo para colocarme los pelos sobresalientes en su sitio.
Las pocas personas del tren parecían en mi misma situación, algunos dormidos, otros con los móviles o leyendo algún libro, al parecer se nota que es viernes.
Quedaban ya pocos minutos para que parara el tren, así que me levanté con mi bolso en el hombro y mi móvil en mis manos. De pie me coloqué en unas de las puertas de salidas y con mi mano izquierda agarraba unas de las barras al lado de la puerta.
Finalmente, el tren hizo un parón, llegada a mi destino, las puertas se abrieron y salí del tren.Un mensaje llegó a mi móvil, unas de mis amigas me mandó millones de mensajes en el que me preguntaba con fotos y videos que conjunto era mejor para su cita mañana. Al parecer era una cita a ciegas que un amigo de su amigo le propuso, después de que mi amiga hiciera una pequeña investigación previa del chico, entonces ella aceptó.
Levanté la cabeza para seguir andando. Bastante personas caminaban en distintas direcciones con más o menos rapidez...-¿S.coups?.-cuestioné en alto, sin creelo.
Veía un chico de pelo oscuro, que vestía con una sudarera gris con letras rojas y pantalones vaqueros como si saliera de su casa a comprar el pan. El chico que estaba algo lejano de mi, se acercó cortando el espacio que nos separaba quedando uno enfrente del otro. Su aspecto parecía cansado pero despierto como si fuera por la mañana y estuviera recién levantado. Nos quedamos mirandonos y analizándonos el uno al otro, fueron segundos pero pareció ser más tiempo. Sin ninguna otra duda o cuestión que pasará por la cabeza. Nos abrazamos. Mis brazos pasaban por los lados de sus hombros mientras los suyos por mi espalda. Mi cabeza por encima de sus hombros apoyando la barbilla y notaba como la capucha de su sudadera me rozaba la cara mientras que en la suya seguramente podría molestarle mi pelo. Después de pocos segundos nos separamos y terminamos mirándonos.
Ahí estaba él, un amigo que hace más de dos años no le vía ni mantenía comunicación, una de las razones era que se mudó.-¿Cómo has estado?.-le pregunto amablemente.
-Bien.- dice con una pequeña sonrisa.
-No me mientas.- digo riendo.
Asiente seguro.-He estado mejor.- dice un poco frío relamiendo sus labios.
Hubo un silencio, en ese silencio pensaba en algunos los momentos que pasabamos juntos.-¿Tú?.-me preguntó directo distrayendome de mis pensamientos.
-Bien, la verdad bien.- digo sonriente.
-Vaya, parece que hoy estamos de cortas palabras.-reímos.-¿Por qué estas aquí?.-me preguntó S.coups.
-Trabajo fuera y... tengo una larga media hora de tren.-digo cansada recordando mi cabezada que dí en el tren.-¿Qué haces tú aquí?.-pregunté yo esta vez.
-Volví de nuevo, y fui a la ciudad a comprar un móvil nuevo.-dijo enseñandome rápidamente la pequeña bolsa blanca enrollada por el asa en su muñeca, con una caja pequeña dentro.-Desde que me fui se me estropeó.
Vivimos en un pueblo, casi como una ciudad pero si querías algunas cosas concretas tenías que ir a la ciudad algunas veces.
S.coups tenía un número de móvil antes de irse pero cuando se fue se cambió de número, porque su móvil ya tenía muchos años.-¿Y Carol?.-pregunté sin mirarle mucho.
-Ya no estamos juntos, por eso me vine aquí, de donde nunca tuve que salir.-dijo arrepentido y algo nostálgico.
No hablamos por una razón, y esa razón era Carol, su novia ahora exnovia con quién se fue de aquí, y era una controladora que hacía que no nos podíamos comunicar. Tuvimos muchos problemas por ella, lo que nunca entendí fue como hizo para que S.coups se fuera con ella.
Muchas veces no pudimos quedar con nuestros amigos porque Carol siempre intervenía para que así fuera...-¿Hace cuánto...?.-pregunté tímidamente.
-Un año.-dijo mirándome.
-¡¿Un año?!, pero ¡¿Llevas un año solo?!.-Exclamé preocupada.
-Un tiempo estuve solo, después hice amigos... pero tuve suficiente tiempo para darme cuenta de muchas cosas... y una de ellas es que te he echado de menos.-dice de repente aprentando sus labios, y formando unas pequeñas hoyuelos en sus mejillas, algo muy peculiar él. Sonreí e iba a responder y abrazarle de nuevo hasta que de repente se escucharon muchos sonidos unos detrás de otros y rápidamente, salían de mi móvil,
mi amiga, Lena, me volvía a mandar mensajes porque no le respondía los anteriores mensajes.
Encendí la pantalla de bloqueo del móvil en el que se veían miles de letras.-Parece que te reclaman.-dijo S.coups algo sorprendido con sus cejas levantadas mirando la pantalla de mi móvil en mis manos.
-Es Lena, ¿Te acuerdas?.-dije.
-¡Claro!, ¿Como no me iba a acordar?.- río.
-Bueno, podrías no acordarte, ya sabes, tus olvidadizas repentinas de cuando quedábamos juntos-sonreí.
-¡Oye!, Solo fue una vez.-dijo riendo.
-¡Tardaste una hora!.-Exclamé riendo.
Mi móvil sonó de nuevo, un par de veces.
-¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué te manda tantos mensajes?.-me preguntó.
-Bueno, pues, Lena tiene una cita. A ciegas.-digo asintiendo rápidamente.
-¿Una cita?.-pregunta extrañado.
-Si.-digo algo avergonzada. Aunque fuimos y somos buenos amigos siempre me sentí atraida por él, y justo cuando se fue era cuando le iba a contar todo.
-¿Acepta Lena que vaya?, así nos ponemos al día nosotros, ya sabes, dos años son mucho tiempo.-dijo.
Me sorprendí.-¿Estás pretendiendo decir que hagamos...?.
-Una doble cita, sí.
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One-Shots Seventeen
Fanfiction-''Todo lo que se puede imaginar es real'' Pablo Picasso.