De vuelta

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La tuve. La tuve en mis brazos tantas veces, que no podría contarlas con todos los dedos de las manos.

Tuve tantas oportunidades de tenerla, de quererla, pero nuestros abrazos solo limitaban nuestra amistad.

Decidiré besarla.

Algún día.

Hasta entonces la abrazaré acobardado, fingiendo no quererla hasta que las entrañas me duelen.

Desde que sus ojos me miraron, me hipnotizó de tal manera, como si de medusa tratase. Ya que me dejaron de piedra hasta el día de hoy.

La quiero.

Joder que si la quiero.

¿Que debería hacer?

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