Often I am upset
that I cannot fall in love,
but I guess
this avoids the stress of falling out of it.
La imagen que me devolvía el espejo quebrado rozaba lo desalentador; libre de ungüentos y máscaras envolviendo la palidez sepulcral de mis mejillas hundidas, desde el otro lado del cristal una criatura desaliñada exhibía su ojerosa mirada, taladrando mi alma de esa manera que solo tus propios ojos consiguen. El brillo apagado del desengaño teñía las pupilas del ser que me observaba, refulgiendo en la oscuridad de una noche que, una vez más, se haría eterna.
El resplandor tornasolado de aquella mirada ambarina agonizaba como la llama de una lámpara sin aceite. Un ser extraño que no come ni duerme, y alimenta su melancolía con los recuerdos de un pasado que no volvería a rescatarla; una vida retorcida por las mentiras de un ser amado. Contemplé casi con admiración el surco violáceo que circundaba mis ojos, trazado por el simple pensamiento de un amor de instituto tornado en tragedia.
A veces, me lo imagino a mi lado. Aquel que robó mi corazón con el trazo del sol a través del celeste y tan solo conocí en la oscuridad; estrellas perlinas hiriendo la negrura de un cielo nocturno impoluto. Y su aparición devolviéndole el color a la monotonía y haciendo girar las manecillas de todos mis relojes.
Y sin embargo, cuando resucito su mirada en el reflejo que me engaña cada día, tan solo leo en su expresión el desprecio que dedico a su silueta cuando me la cruzo en mis sueños. La decepción que me golpeó cuando supe lo que había hecho. El despecho de verme un peón en sus juegos de blancos, negros y grises.
Un trémulo suspiro de brisa filtrándose por mi ventana se entrelazó con mi aliento entrecortado. Me giré instintivamente hacia donde mi tocador se habría vislumbrado a la luz del día; la luna hería una superficie fría y plateada.
Are you tired of me yet?
I'm a little sick right now, but I swear
when I'm ready
I will fly us out of here.
El tacto de la madera astillada me devolvió a la realidad. Tanteando torpemente la superficie irregular de la mesa, conjuré su imagen fuera de mi mente. Lejos de mi conciencia. Hasta identificar aquello que parecía escurrirse de mi mano. Mis tijeras de plata. Las mismas que conservaba desde que era una niña, guiada por la superstición de mis ancestros.
Aquellas que debían haber desgarrado las desgracias que asolaron mi juventud, cortado mi vínculo con todas y cada una de ellas. Así lo describían, "un talismán protector que guiaría tus pasos en la tribulación y guardaría tu hogar con más firmeza y seguridad que una bestia atada a tu puerta". Aparentaba dulce y pintoresco, expresado en tal grandilocuencia, cuando en verdad me había atado al que, en un presente hundido en la miseria, se había convertido en la fuente de todas mis penurias.
Oooooh,
I'll cut my hair.
Apenas sentí, perdida en la emoción del momento, como el afilado borde de las cuchillas acariciaba mi piel. Fue tan solo un instante, mientras mis brazos ascendían con lentitud y calculaban en qué punto detenerse. Y sin embargo, por un momento el metal rozó mi piel. Por un momento lo sentí en mí.
Mechón tras mechón, fragmentos de mi cabellera se deslizaron blandamente hasta el suelo. Perdiéndose para siempre, como el amor que algún día compartimos. Aquel era el único uso de las tijeras, la única salida al callejón.
La espesa mata castaña que engalanaba mi cuero cabelludo, los agitados mechones que enmarcaban mis mejillas. Aquel cabello que, un día de sol, él alabó y colmó de caricias, simpáticos tirones y cumplidos distraídos.
Ahora aquel pelo se había perdido, y él también.
Oooooh,
to make you stare.
Y sin embargo, a pesar de resentir sus acciones, sigo pensando en él. Acosada por la melancolía de La Viuda, permito que mis sueños desvaríen en su dirección, en simple y pura resignación, donde lo cálido de su sonrisa concilia mi sueño por mí. En las noches frías, cuando el agotamiento vence a mi extenuada mente y no hay un límite que divida lo que puedo fantasear y lo que me carcomerá de culpa en la mañana, vuelvo a estar con él.
Y puedo sonreír, regocijándome en una realidad donde el pecado no acecha y los antojos del Señor Oscuro no mancillan la voluntad de un joven mago. Un joven y atractivo mago. Mi joven mago.
Incluso durante el día, mis pasos me llevan irremediablemente hacia el espejo quebrado, donde contemplo lo que soy ahora. Débil. Pálida. Asustada. Y ansío con todas mis fuerzas librarme de esa carga. Ansío cortarme el pelo, y que yazca inerte sobre las sucias baldosas. Como yacía ahora que el dolor se había hecho insoportable.
Oooooh,
I'll hide my chest and I'll
figure out a way to get us out of here.
Aun así, mi ensoñación favorita es aquella en la que todo es mentira. Él sigue a mi lado. Ambos caminamos por los pasillos, riendo, charlando. Él avanza con paso ligero y elegante, franqueado por sus amigos, sin olvidarse de saludarme al final de clase de pociones. Yo me refugio frente a la chimenea en las noches de invierno, ruborizándome a su sola mención. Cada uno con sus fallos, sus espasmos y sus secretos.
Pero los compartimos.
Y son tan nuestros como somos el uno del otro.
Como lo fuimos el día que lo miré a los ojos por primera vez.
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Frío y discreto. (Sirius Black x OC)
Fanfiction"Cuando una persona te dice que tiene muchos secretos, los tiene para todos. Así que no importa lo que te diga, cómo te llame o el tiempo que pases a su lado; cuando dice que hay algo que no le ha contado a nadie, vives o mueres en la duda. Podría s...