capítulo 1

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Lo que me propongo al escribir estas letras.- Escribo  solamente para mi .- algo de mi niñez .- Mi regreso a Santa Catalina .- El aburrimiento del internado .- Ruidos misterioso. - Nuestra incursión nocturna

A la vejez .ahora que me siento tan sola.desgraciada , llena de privaciones y en una postración casi total , simplemente me propongo inscribir algo de mi vida .
Aunque nunca he sido diestra en el arte de las letras , las sicustancia que han rodeado mi existencia me empuja a hora, de manera ineludible,  a escribir con la cinceridad de una mujer que ha llegado a vivir milagrosamente cincuenta y nueve años. Puedo yo misma reconocerme como una mujer de tanto vendaval de infortunios aparecidos en el camino de esta vida  que está llegando al infeliz final del olvido en este polvoriento y desdichado rincón de Paita.
He sido firme en mis convicciones pues creo haberlas llevado hasta las últimas consecuencias y, por ello, me he granjeado odios y antipatías por doquier. La mayoría ha condenado los actos de mi pasado por no encontrarlos acordes con la naturaleza de la mujer común de esta atormentadas república.
Mis enemigo han usado todos los epítetos imaginables para condenar , por el sol hecho de amar la libertad y  ser consecuente con el ideal de la gran nación.
He sido apasionada con amigos y enemigos ,actuando siempre con franqueza y llamando a cada cosa por su nombre, quizás por ello me han destetado.
En lo posible narrare la mayoría de acontecimiento de mi vida, con la esperanza de que la memoria no me abandone, dejando de lado, eso sí, cosas que no cosas que no tienen para mi la menor relevancia. Dispongo de una preciosa documentación que formaba parte del archivo del libertador, además de una enorme cantidad de cartas, anotaciónes y recuerdos escritos desde cuando tuve diez y seis años, que los he  podido conservar a través del tiempo ¡Cuanto me arrepiento de no haber podido llevar un completo diario de mi vida! Quizás llenaría una biblioteca entera.
Al dar comienzo a estos manuscrito, preferiría que  fueran incinerados el día de mi muerte, pues tienen valor sólo para la que escribe; lo hago para mi misma con la finalidad física que me aqueja.

Nací en Quito el diecinueve de diciembre de 1797, en condiciones de hija  ilegítima. Mi padre fue Simon Saenz de Vergara Yedra nacido de Villasur de Herreros una villa de la provincia de española de Burgos . Había venido a América para radicarse en Popayán, donde contrajo matrimonio con doña Juana del Campo y la Larraonda. Al trasladarse a Quito había sido nombrado Colector de rentas del Obispado y Regidor

ManuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora