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Akane Akiyama saludo con una reverencia al encargado de bodega. Eran propio de su cultura el trato respetuoso y las  formalidades. Desde pequeña fue criada bajo el Sintoismo mas estricto con sus rituales de purificación y sus oraciones a antepasados en busca de favor y fortuna. Sus padres le habían legado un solido código de valores que dejo atrás cuando se mudo a Norteamérica. Atrás quedaron las canciones de arrullo de su madre y los abrazos tiernos de su padre. Intento prepararse de la mejor manera y encarar la situación con valor y determinación pero la triste realidad es que el divorcio de sus padres, en plena adolescencia, fue un golpe demoledor.
Aquí esta muchacha. Sulfato de cobre y acido sulfúrico – gracias, me lo anota en el registro de materiales e instrumentos por favor – así lo hare… oye – le dijo acomodándose los lentes - a que hora te desocupas? La ciudad puede ser muy divertida si tienes al guía correcto. Un rubor llego a las mejillas de Akane, no de vergüenza sino de enfado e indignación – para pedirme algo así al menos se hubiese quitado el anillo. Además, no cree q hay una diferencia notable de edad? Parece mas un pedófilo que un respetable bodeguero – el hombre cambio su semblante pícaro a un notable enfado que corto la conversación. Ella se alejo topándose de frente con el conserje un joven de cabello castaño claro alborotado – no te enfades con idiotas como ese no lo merece. Además lo suyo es un problema fisiológico grave – grave? – pregunto Akane – no es su culpa. Lo que pasa es que tiene el cerebro conectado con el trasero – Akane rio, Anthony pudo ver una sonrisa perfecta tras esos finos y rosados labios.

amor demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora