—¡Esto es una locura! —farfulló Mell por décima vez—. No sé qué hacemos aquí.
—Ahhh... ¿ahora no sabes? —repliqué de inmediato—. Tú me diste la idea —susurré en mi defensa─. Fue tu idea, tu plan, tu culpa.
Resopló de forma dramática y asintió no muy convencida.
—Bueno sí, pero ya me arrepentí —murmuró insegura y rodó los ojos, cosa que hacía muy seguido en esos minutos que llevábamos escondidas—. Recuérdame una razón para estar aquí.
—Descubrir lo que oculta James y luego hacerle lo mismo que me hizo —respondí para convencerla. Realmente era un plan que me daba curiosidad y me atraía llevarlo a cabo. La influencia de mi mejor amiga había resultado un éxito.
—Todo sea por no cometer un crimen por mis propias manos —susurró divertida—. Bueno, dejemos el chisme para después, que ahora el deber nos llama. Entrando al papel de espías en tres... dos... uno. Listo.
Sonreí, parecíamos expertas de la CIA o del FBI, ambas vestidas de negro, espiando afuera del banco donde trabajaba James. Todas unas detectives, unas espías, unas agentes 007.
—¿Estás segura que entra a esta hora? —cuestionó Mell, comiendo sus uñas con notable nerviosismo.
─Sí, estoy segura —respondí, recordando nuestras conversaciones antes de él entrar a trabajar y yo a la universidad. Y fue imposible sacar su voz de mi mente, sus "te amo", sus "siempre juntos", ahora se resumían a solo a recuerdos de lo que en algún tiempo hubo entre nosotros. Esos siempre juntos los hizo morir aquel día en que lloré esperando por él bajo aquel muérdago en el altar.
Mell notó mi mirada ausente y rápidamente trató de buscar la forma de alegrarme:
—Pregunta solo para inteligentes —anuncio en un susurro, pero con voz de comercial—. ¿Qué le dijo un jaguar a otro jaguar?
La miré por unos segundos y vi como contenía la risa. Negué con la cabeza y encogí los hombros.
—Pues obvio, seguro le dijo "Miau" —respondí con obviedad.
Negó con la cabeza y emocionada se aclaró la voz.
—Le dijo: jaguar you —relató divertida y estalló en carcajadas.
No pude evitar sonreír ante el mal chiste de mi amiga. Realmente Mell estaba loca, pero así la amaba.
El sol radiante de aquel día quemaba nuestros cuerpos, debido al negro intenso de nuestros vestuarios y más aún por el tipo de tela, pero no podíamos dejar nuestra misión a medias.
Se suponía que el plan era buscar alguna prueba o detalle extraño que pudiera justificar su desplante y como había dicho Mell, debía prepararme para lo peor, pero vengarme también era parte del plan. De modo que, la intención de nuestro macabro plan era vengarme de James haciéndole lo mismo que él había hecho, o bueno, con que sufriera un poco me conformaba.
Seguíamos inmersas en nuestra labor de espías, que sin darnos cuenta ya habían transcurrido algunos minutos y no pasaba nada; o bueno, eso creímos, hasta que el temor nos acechó.
—¿Necesitan algo? —inquirió una voz masculina a nuestras espaldas. Fue tanto el susto, que nos hizo pegar un pequeño salto de sorpresa y temor a la vez.
Mell me tomó de la mano y sentí su nerviosismo. Esa voz provocaba miedo, era gruesa e intimidante, pero a la vez era interesante y apacible, tierna y dulce. Era como una mezcla de emociones, el solo escucharla despertaba sentimientos, encontrados por supuesto.
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Abandonada y Embarazada ©[DISPONIBLE EN BUENOVELA Y HINOVEL]
RomanceDISPONIBLE EN BUENOVELA Y HINOVEL •COMEDIA ROMÁNTICA •PRIMER LIBRO TRILOGÍA BEBÉS SINOPSIS: La vida de Bella Graze da un giro drástico y radical, para sorprenderla con una nueva vida, una nueva personita crece en su vientre. El supuesto mejor día d...