Aperitivo

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Aclaraciones: Esta historia contiene relaciones Homo-eróticas.

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Y ahí estaba él, como cada mañana desde el día que llegó al vecindario. Su encantadora sonrisa y aspecto varonil hacían del pobre Hiro un mar de malos pensamientos y algunas fantasías, donde era participe activo junto aquel sensual hombre de piel canela. Ese hombre con el que estuvo a punto de compartir cama en más de una ocasión. Por desgracia, siempre que la oportunidad se presentaba, tenía que ocurrir una u otra situación que los dejara con nada más que las ganas.

Eso cambiaria hoy.

Sin más, emprendió su rutinario camino a la escuela, acompañado de un sugerente movimiento de caderas. Sentía la insistente mirada sobre su persona, no era para menos, si esa misma mañana había optado por sus mejores jeans blancos ajustados, los cuales moldeaban y apretaban su tracero haciéndolo ver más grande y redondito. Conocía perfectamente lo que aquello provocaba en sus conquistas.

No avanzó mucho cuando aquel tan esperado llamado llegó: —Que bien te ves hoy, Hiro.

Detuvo su andar con una sonrisa en el rostro.

"Te habías tardado, idiota".

Giró en su lugar quedando frente a frente con el ojiverde. Sus vellos se erizaron al tener a ese adonis tan cerca suyo, al igual que su corazón latía desenfrenado bajo su pecho, había pasado tiempo desde que no se sentía así.

—Jhonny, buenos días vecino— saludó casual el pelinegro.

—¿Vas a la escuela?— la varonil voz estremeció a Hiro.

—Por su puesto, mi futuro no se construirá solo.

—Me encanta que seas tan aplicado— "¡Pero que hombre tan lindo!" Pensó el pelinegro.

“Aplicado” podría decirse. Sí, Hiro era muy serio con sus estudios. Sus notas eran muy altas y los maestros seguido le elogiaban, sin embargo, no se consideraba a sí mismo como alguien "aplicado", tal vez responsable. La noche pasada no tuvo más opción que rechazar la propuesta de Jhonny de pasar la noche juntos, pues tenía que estudiar para un exámen. Pero esta vez sería distinto.

Sí que lo sería.

—Pensaba... ya sabes, invitarte a mi departamento a pasar el rato. Claro, ya que tus clases terminen—. Aquellas palabras pusieron tan ansioso a Hiro que por su cabeza pasó el mandar al carajo las clases.

—Tentador— apartó un mechón de su cara —Pero preferiría que fuera en el mío.

—Como deses— dijo para juntar sus labios en un deseoso y jugoso beso. Tan sumergidos estaban en ello, que por poco y olvidan que se encontraban en plena calle a la luz del día.

Los labios de Jhonny eran un completo manjar para el mejor, siempre suaves y humectados, no era la primera vez que los saboreaba; podría bien acostumbrarse. Sus brazos rodearon el cuello del mayor, mientras era apretado contra el cuerpo de éste.

Después de tanta saliva compartida, fue Hiro el primero que, con todo el dolor de su corazón, rompió el delicioso contacto entre ambos labios. Ya se le había hecho tarde. —Me tengo que ir—. El mayor hizo caso omiso, forzando más el agarre en la pequeña cintura de Hiro.

Llegar un poco tarde no era tan grave después de todo...

-.-

Los pasillos se encontraban vacíos, no era de sorprenderse, puesto que las clases habían comenzado hace poco más de quince minutos. De nuevo, volvía a suceder. Tenía que ser más responsable, no importa que tan bien la este pasando con su vecino. Su guapo, encantador y sexy vecino. Malditas hormonas que no lo dejan en paz.

Aperitivo -Hiroguel / HiguelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora