Para siempre

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El arma estaba perpleja. Miraba a los ojos del yordle sin apartar la vista, y su brillo reflejaba una loca chispa de entusiasmo y emoción. El cetro estaba completamente en desacuerdo con el plan. Había sido fabricado por un sabio y comprensivo, y a pesar de ser una vara de magia negra, no ansiaba el poder como otros objetos creados para aumentas la locura de quien los usa. Él tenía sentido común y cordura propia, por eso debía hacer algo para impedirle que hiciera eso, pero no era momento para negarle nada, algo en el le decía que no era buena idea.

- Cetro: Cuándo? - Preguntó para seguirle el juego mientras ingeniaba un plan.

- Veigar: Esta noche.- Dijo entre susurro y tono malvado.

Cetro se quedó sin aliento, debía ser rápido, debía pensar.

Se le estaba notando demasiado que no estaba muy acuerdo con el plan, por lo que decidió disimular.

- Cetro: Bueno pues.. te dejo hacer el veneno, yo... yo voy.. por ahí. - Dijo saltando hasta la puerta y salió. Se metió en el baño de la planta de arriba y se encerró en el cuarto.

Empezó a botar de un lado a otro con las pupilas muy pequeñas y los nervios de punta.

- Cetro: Tengo que hacer algo.. Debo hacer algo..-

Entonces le vino a la mente.. cuál era la raíz del problema? Qué le había ocasionado esa sed?

- Cetro: Lulu... - susurró parándose en seco y volviendo a correr hacia las escaleras. Por suerte la habitación en la que se encontraba Veigar estaba insonorizada, por lo que no escucharía los golpes que hacía. Fue a la planta de abajo, y buscó una solución para poder comunicarse con la yordle.

Miró a todas partes hasta que, al ver un cuaderno, usó su magia para agarrar la pluma que había en el escritorio dentro de un bote de tinta y empezó a escribir una carta.

"Necesito tu ayuda, te espero a las afueras de Bandle a las 10. Eres nuestra única esperanza Lulu."

Especificó que realemente la nota era para ella. La dobló y la llevó flotando hasta la ventana.

Se paró frente a ella y buscó algún sitio por donde colarla en la casa de su vecina, y justamente enfrente de donde estaba, había un ventanal abierto que daba a la cocina. Dejó caer el papel y lo sujetó con la boca, dejando su magia libre para separar las puertecitas y volver a manejar la carta. Miró hacia atrás para asegurarse de que Veigar no venía y a los lados en la calle para que nadie le viera, entonces pasó de una casa a otra el trozo de papel, con éxito.

- Cetro: Sí!..- Celebró cerrando las persianas.

Por otro lado, la pelimorada se encontraba haciendo un pastel de arándanos en la cocina de su casa. Acababa de sacarlo del horno, y después de catar su olor, corrió los cristales de la ventana y lo puso en la cornisa para que se enfriara.

Con una sonrisa fue al salón para esperar, se sentó en el sofá y de forma seguida el teléfono le sonó. Miró el aparato y contestó.

- Lulu: Diga? -

- Poppy: Che guapa, cómo estás? Sigues sin saber nada de Veigar? -

- Lulu: No.. le metí una carta por debajo de la puerta antes, pero no me ha respondido, ni me ha llamado... no sé bien qué le pasa..- contestó en un tono triste.

- Poppy: No te rayes, es Veigar, se le pasará.- Intentó quitarle importancia para animar a su amiga, pero aunque no fuera muy eficiente intentó mostrar que sí.

- Lulu: Sí.. supongo.. y cómo váis? Estás en casa de Tristana? -

- Poppy: No, estoy sola. Oye, te quería preguntar algo... Si la amiga de una chica le gusta el chico al que le gustaba su amiga pero le dio plantón, es de ser mala o buena persona? -

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⏰ Last updated: Oct 29, 2018 ⏰

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Los sentimientos que perdí {Veigar x Lulu}Where stories live. Discover now