03: Mira encima de ti
Pequeños copos de nieve se derriten sobre las cabezas de Seokjin y Taehyung. Tan pálidos, fríos y estáticos mientras se observan mutuamente sobre la madera que se siente afelpada en sus pies descalzos.
—Mira encima de ti, Seokjin —es la voz de Taehyung la que lo sorprende y su mirada viaja con lentitud en dirección al techo pero no ve nada. Una inmensidad de oscuridad donde el techo parece no existir y de la que los copos caen sin ningún tipo de tregua.
—No veo nada —susurra
—Es porque no puedes ver nada que no te pertenezca —murmura de vuelta —este no es tu plano, pero nos puedes ver a nosotros porque estamos en tu alma... en tu corazón
Seokjin asiente y observa, detenidamente, como el chico de cabello rubio se acerca, estira su mano ensangrentada hacia el castaño y acaricia la mejilla que ha perdido calidez.
—Te he visto partir demasiadas veces y mi alma atormentada no podrá resistirlo una vez más, se agrietará y se deshará en la inmensidad del limbo de la cual no podrá salir —lágrimas calientes empapan el rostro etéreo de Taehyung mientras las espinas siguen clavándose en su mano libre —pero no puedo retener un espíritu que ha dejado de pertenecerme, así que te despido, amor, te despido con el último suspiro de mi eternidad que siempre te ha pertenecido y, espero, que tu porvenir no se vea manchado con el recuerdo de esta experiencia que nunca quise que rememoraras
La mano de Taehyung viaja hasta la muñeca de Seokjin donde se aferra con fuerza durante algunos segundos antes de halarla cerca y sostenerla a la altura de su corazón, un corazón que ya no puede latir físicamente pero que representa el amor que sigue dentro de su pecho.
Seokjin mira, porque no se puede mover, mientras sus propias lágrimas manchan su rostro y todo su cuerpo arde con furia y resentimiento.
¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Por qué sus latidos parecen necesitar al joven que lo sostiene? ¿Por qué puede sentir como si su propia alma se rasgara en pedazos?
—Si perteneciera aquí, ¿Qué podría ver? Si yo... aceptara quedarme aquí, contigo, renunciando a mi cuerpo, ¿Qué podría ver?
Taehyung lo observó consternado. No me des ilusiones, por favor, ya no puedo soportarlo
—Podrías ver la infinidad del cielo —sonríe con pesar —podrías ir conmigo y ambos conoceríamos cómo es de cerca
Seokjin piensa en su cuerpo tendido en el jardín, piensa en su madre que poca importancia le da, piensa en el padre que no conoce y en sus compañeros de escuela que no saben pronunciar bien su nombre y mira, entonces, el rostro que lo observa con expectación y amor difuso que puede sentir hasta en las hebras del cabello pero que desconoce.
El castaño desenreda su mano de la del contrario y se aleja un paso y luego dos.
Toma aire y mira hacia arriba, a la oscuridad que puede ver de dónde vienen los copos de nieve y su alma golpea con fuerza las paredes de su pecho.
Ambas manos son extendidas casi como si no le pertenecieran y toma entre ellas el ramo de rosas que Taehyung ha aferrado por trescientos años, las arranca con delicadeza de aquellas manos que sostenían el mundo y, pinchándose con las espinas, su sangre se mezcla con la de Taehyung.
Y los copos de nieve siguen cayendo, cubriendo el líquido carmesí que no debería estar allí, haciendo temblar su maravillado cuerpo que aferra unas rosas sangrantes que tampoco debería poder tocar.
Entonces, Seokjin piensa, encandilado y atemorizado, que Charles Dickens tenía razón cuando dijo que hay cuerdas en el corazón humano que era mejor no hacerlas vibrar.
Suspira
—Mira encima de ti, Taehyung —murmura, con el corazón en la mano y el alma en paz eterna, la vista encadenada hacia arriba y sintiendo una mano, de repente cálida, sosteniendo temblorosa su rostro —el cielo es hermoso.
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SPECTARE SUPRA TE | K. SJ - K. TH
FanfictionEsta historia hace parte del proyecto #ThisIsHalloweenBITCHES Kim Seokjin deja que la nieve caiga sobre su rostro mientras cosas extrañas pasan en la casa número veinticuatro. Ir allí sería una locura ¿no? y Seokjin no está loco. Pero la casa susu...