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Soy una idiota

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Soy una idiota.

Se supone que debía estar en casa de Sakura desde hace quince minutos y voy tarde gracias a que me quede dormida. ¿A quién demonios se le ocurre dormir en lugar de alistarse para salir? creo que sólo a mi.

Terminó de ponerme el vestido que Ino me había regalado para mi cumpleaños el año pasado el cual es de un color azul, utilizó unos zapatos que combinan y una bufanda que cubre mi cuello.

Tomó la bolsa con regalos y salgo de casa lo más rápido que puedo. Lo bueno es que no vivo muy lejos de Sakura así que en menos de diez minutos estoy frente a su casa, doy tres golpes y sin mucho esperar la puerta se abre dejando ver a mi mejor amiga con un suéter de color rojo.

—Mei, creí que no vendrías.

—Te dije que lo haría, ¿Cómo puedes creer que faltare a mi palabra?

Sakura me abraza con fuerza y deposita un sonoro beso en mi mejilla, sonrió.

—Ven, estábamos esperándote para comer.

—Por cierto, toma.

Le entregué a Sakura la bolsa con regalos y ella se alejó para ponerlos en una mesa. Camine hasta el comedor y me encontré con los padres de Sakura y Naruto en la mesa.

—¡Mei-chan! -chilla el Uzumaki al verme.

—Hola Naruto, tíos. -sonrió.

Los padres de Sakura me sonríen y me dicen que tomé asiento. ¿Tíos? Bueno, ellos me consideran parte de su familia y desde que era niña solía llamarlos de esa manera.

Sakura llega y toma asiento al lado de Naruto depositando un beso en la mejilla de éste. El rubio se ruboriza en su lugar y yo aparto la mirada un poco incómoda.

—Creí que no vendrías Mei, me alegra mucho verte de nuevo aquí. -dice Mebuki, la madre de Sakura.

—Me quedé dormida.-murmuró avergonzada.

— Estuvimos a punto de enviar a Sakura a buscarte.

—Es cierto, pero les dije que tú llegarías porque lo prometiste y tú nunca rompes una promesa -sonríe la pelirosa.

Bajo la mirada un poco avergonzada. Si rompía promesas, podría faltar a mi palabra con cualquier persona excepto con ella. Y era por la simple razón de que estaba enamorada de ella y era lo único que me importaba.
De todos modos, no tenía nada más en el mundo.

      ....

La comida fue tranquila, hubieron bromas y risas. Al finalizar Sakura y yo recogimos todo y lo lavamos mientras Naruto y sus padres hablaban en la sala.

Ahora estamos jugando a las cartas, bueno en realidad Naruto y Sakura están jugando mientras nosotros los vemos. He ganado en todas las partidas así que decidí darles la oportunidad de derrotarse entre ellos.

—¡Gané! -grito el Uzumaki.

Sakura lanzó las cartas sobre la mesa y cruzo los brazos con molestia. Pasó mis brazos sobre sus hombros y la abrazo por la espalda mientras río.

—No te enojes es sólo un juego. -digo sin dejar de reír.

—Cállate, tu ganaste muchas veces.

Los padres de mi amiga y Naruto sueltan una carcajada al ver a la pelirosa tan molesta por su derrota. Sakura rueda los ojos y bufa.

—Que estupidez. -murmura.

Naruto toma el mentón de Sakura y deposita un pequeño beso en los labios de está.

Duele. Mi corazón comenzó a doler, la sensación de vacío comenzó a apoderarse de mi. Muerdo mi labio inferior y me pongo de pie para dirigirme hasta la puerta principal y sentarme en las gradas por donde había entrado antes.

Escondo mis manos en el suéter y miro como la nieve cae haciéndome sentir por un momento que soy parte de ella.

—¿Porque saliste de repente, pasa algo? Mamá quería abrir los regalos.

La voz de Sakura suena a mis espaldas. Niego con la cabeza y veo como ella toma asiento a mi lado.

—¿En qué piensas Mei-chan? -pregunta apoyando su cabeza en mi hombro.

En ti.

—En nada.

—Vamos Mei, te conozco lo suficientemente.

—Me gustaría ser como el aunque sea la mitad de la mitad.

Siento como Sakura se aleja lentamente de mi y me mira con el ceño fruncido.

—¿A que te refieres?

Suspiro pesadamente.

—¿De verdad quieres oírlo?

—No entiendo a que te refieres, se un poco más clara por favor.

—Me gustaría ser como Naruto.

Sakura comenzó a reír al oír mis palabras.

—¿Cómo Naruto, acaso estás loca? ¿Quién en su sano juicio querría ser como el? -dijo sin parar de reír.

—Tengo que decirte algo muy importante para que puedas comprender la razón del porque me gustaría ser como el.

La Haruno dejó de reír y me miro seriamente. Prestandome toda su atención.

—Dilo.

—Hace algún tiempo he estado tenido sentimientos que quizás no debería estar teniendo pero los tengo.

»Quiero que sepas que eres mi mejor amiga, eres como una hermana para mi. Pero eso no me impidió enamorarme de ti.
Estoy enamorada de ti Sakura; no se en que momento sucedió exactamente pero cuando me di cuenta estaba demasiado hundida, se que no sientes lo mismo por mi pero tenía que decírtelo ¡No podía seguir cargando con este peso en mis hombros! Lo siento, siento ponerte en esta situación tan incómoda pero debía hacerlo porque está es la única manera de estar tranquila.

El rostro de Sakura estaba cargado de sorpresa. No sabía como describir su mirada en este momento acaso era ¿lástima, tristeza, culpa?

Sakura llevo su mano hasta mi mejilla y la acaricio.

—Mei... -murmuró suavemente.

Había practicado tanto las palabras exactas para decirle lo que sentía y lo había hecho mal. Había sido un caos. La peor declaración en toda la historia, hasta para confesar mis sentimientos soy un caos.

Mis ojos comenzaron a humedecerse, sentí como las lágrimas comenzaron a recorrer mis mejillas.

—Oh Mei, por favor no llores.

Sakura me envolvió en sus brazos.

—Soy una pésima amiga.

—No, no lo eres. -dijo acariciando mi cabello- Yo si, por no haberme dado cuenta de tus sentimientos hacia mi. Mei, en algún momento yo me sentí igual que tú.

»Llegué a tener sentimientos por ti, fue algo extraño que sucedió por un pequeño momento pero ahora estoy enamorada de Naruto ¿Entiendes eso? -asiento- Eres mi mejor amiga y no quiero que eso cambié. Lamento no poder corresponderte sólo espero que encuentres a un chico que te amé como lo mereces... o una chica.

Half of Half ❀ sakura harunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora