2. ❌ Beta ❌

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La luz es solo el efecto de la oscuridad ausente…

Una gota de agua cayó e hizo eco en la hueca, un débil suspiro se escuchó como respuesta….

La oscuridad dibujó su rostro en el charco de agua, solo así comprendió que aún estaba vivo. Su aliento aún se dibujó al exhalar, formando toda clase de figuras sin forma.

Pero el aire estaba muerto, al igual que las esperanzas. Él podía ver, pero no miraba, podía tocar pero no sentía. Sus sentidos estaban tan cansados que la muerte hubiese sido un regalo divino.

Y aún así sus oídos pudieron escuchar la dulce melodía de la destrucción. Esa que siempre es tan armónica y trágica…

«Toc» finalmente sonó por los alrededores, un sonido tan seco como aterrador para el que se encontraba preso.

«Toc» volvió a sonar dentro de lo que parecía ser una cueva, el horrible eco se acercaba cada vez más hacia la tambaleante figura de aquel desdichado.

«Toc» « ¡toc!» « ¡TOC!» se apresuraron los desquiciantes ruidos, pero esta vez fueron acompañados de una pequeña risilla casi enferma y carente de sentido. El retumbe era demasiado para Jinwoo, sus manos y pies deseaban por todos los medios huir de aquel lugar. Pero no solo estaba atado físicamente, sino también… de manera emocional.

¿Por qué? Bueno, un cervatillo huye hasta saber que el león lo tiene acorralado, y solo entonces abandona toda esperanza, su último deseo siempre es que su deceso sea rápido, indoloro si es que fuese posible…

Y Kim estaba allí con las gotas de sudor burlándose de su deshidratación y recorriendo por todo su rostro hasta perderse en el camino de la desdicha, o lo que es lo mismo: los labios.

Morir, lo único que deseaba; el primer día deseó escapar, a la semana rogó por agua o comida… Y ahora, justo al cumplirse 10 eternos días desde su captura ignoraba los avisos de su cuerpo por sobrevivir. Solo deseaba que todo acabase, un estoque final que le dé un nuevo inicio a uno más de los asesinatos del Arlequín…

«Toc», y Jinwoo pudo sentir como sus piernas temblaban de nuevo, su cuerpo se retorcía recordando cada una de las torturas que vivió en los diez días más inestables de su vida.

Penetrado una y otra vez hasta el cansancio… violado en todas sus formas. Cada vez que recordaba el intenso olor del pene de su captor una parte de sí se estremecía al recordar sus adoloridos esfínteres, la otra… la otra parte de su cuerpo le pedía volver a vivirlo, rogarle que lo hiciera de nuevo. Quería saborear una vez más el excitante sabor salado del semen, necesitaba ver de nuevo la mezcla de sangre y líquido seminal que siempre encontraba en su ano al final de la faena.

Y era eso lo que lo enloquecía, no entendía a que parte debía poner atención. Hace tiempo que olvidó en qué nivel de locura dejó de sentir dolor y empezó a sentir placer…

Y el Arlequín lo sabía, así que siempre a la misma hora volvía como la araña que devora poco a poco a su desdichada mosca, robando su esencia vital en cada día, regodeándose con los gritos de placer que su esclavo le brindaba cada noche.

«Toc» suena por última vez y al fin la corpulenta silueta se dibujó en la penumbra del umbral…

Él era Él, y no era como ningún otro…

El Arlequín era deliciosamente sensual, cada línea se dibujaba perfectamente en su varonil cuerpo, cada rasgo de su rostro se asemejaba a uno de los demonios de la lujuria, cada faceta enfermiza en su rostro le daba el aspecto de una irresistible venus atrapamoscas, modelando cada una de sus cualidades y esperando paciente a que sea la propia mosca la que pida ser devorada.

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⏰ Última actualización: Oct 31, 2018 ⏰

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