Elér no era únicamente bien conocido por sus vinos. Una amplia gama de cultivos se veían florecer a lo largo de los continentes gemelos de Deméter y Ceres, de aproximadamente 15 millones de km² cada uno. Por lo tanto, se le consideraba a Elér como una colonia agrícola, y un destino turístico de carácter calmado y tranquilo, frecuentado por veteranos y jubilados.
El clima era similar a aquél de la Europa Meditorrial y Central; Dicho esto, los campesinos y exportadores trabajaban principalmente con trigo, centeno, cebada, avena, tabaco, olivo, colza, vid, el cornezuelo encontrado en los cereales anteriormente mencionados, y la cannabis sativa sativa/ruderalis. Y con esos 2 últimos trabajaba Ioan Hofmann, un repartidor iniciando sus 30's, y una decadente Volkswagen que buscaba bautizar.
Pero antes de narrar la odisea mandadera de Hofmann, es necesario describir la navegación espacial en los días que nos es citado.
Se considera que un vehículo tiene capacidad extra atmosférica cuando cuenta con un reactor de fusión de cualquier modelo, siempre y cuando sea capaz de alcanzar las velocidades entre el 2% al 10% la velocidad de la luz. Además, el vehículo debe estar sellado para poder conservar una atmósfera y presión ante el vacío, y debe ser capaz de disipar el calor de salida y entrada atmosférica.
Eso era para viajar en un mismo sistema Para cuestiones interestelares, se requería equipo más pesado. Los Buques Clase-Bestla y los Cruceros Tipo-Bor (De entre 2 a 5 kilómetros cada uno) eran los vehículos más usados para viajes interestelares, aunque el catálogo era relativamente grande. Por si mismos, no solían poseer una velocidad deslumbrante, y no difería mucho de aquella alcanzada por motores nucleares convencionales. Por el contrario, la mayoría de navíos interestelares eran vehículos estacionarios que se limitaban a cruzar por los Portales de Colapso Sincronizado Teller-Kaku (Nombrado en honor a sus inventores; Grandes Físicos enterrados hacía mucho tiempo).
Los PCS eran anillos de aproximadamente 120 km² de diámetro. Colosales antenas cuánticas montadas en los anillos y esparcidas en el espacio extrasolar entre ellos los mantenían en comunicación, al igual que a sus torres de control. Funcionaban al comprimir masa y hacer colapsar 2 microagujeros negros simultáneos conectados entre sí, como 2 caras de una misma moneda. Un total de 2,000 personas monitorean y vigilan el proceso para mantener estable el mismo. En un proceso rápido, el navío cruza el portal y surca un túnel en el espacio curvado, recorriendo decenas de años luz en un par de horas.
Los Bestla podían llevar millones de toneladas de mercancía, mientras que los Cruceros Bor transportaban docenas de miles de vehículos civiles anclados a sus hangares. El zarpo de uno de estos titanes no es un tema que se trate de broma, y un riguroso control y horario de viajes y paradas son implementados para asegurar la eficiencia de los mismos.
Aun así, el espacio hacía tiempo que había dejado de ser exclusivo de magnates. Muchos agrícolas y ganaderos exportaban su carga por sí mismos en sus propios vehículos, aunque aquellos de campos aún en desarrollo podían formar coaliciones y contratar los servicios del Sistema de Transporte de Materiales Público, la respuesta del Estado a las necesidades del sector exportador menos agraciado, algo muy útil en Elér.
No obstante, la presencia del sector privado aún era muy recurrente. Si bien la idea de un PCS privado era inaudita, muchos de los navíos interestelares eran montados en astilleros de corte privado, pero todas se sometían a las Leyes Universales de Transporte Interestelar expedidas por el Congreso de la Unión Humana. Pistas de Rieles privadas eran aún más recurrentes, aunque aún muchos optaban por aquellas instaladas por las instituciones gubernamentales.
Estas pistas, alimentadas por plantas nucleares anexas a las terminales, funcionan con 2 barras metálicas con cargas eléctricas opuestas unidas por una cápsula, generalmente modelo Ícaro. Esta era de una aleación ultrarresistente derivada del wolframio y un circuito de combustible criogénico, y contenía el vehículo en un sistema cerrado. El transporte, que previamente debía accionar sus mecanismos de exploración extra atmosférica, era suspendido entre los rieles empleando tecnología similar a aquella de los trenes Tipo-Maglev.
La pista tenía una longitud de 500 mts de radio, con una curvatura ovalada de 0 a 90°. Las cápsulas contaban con un motor de combustible convencional para auxiliar el despegue una vez abandonada la pista a tan solo 200 metros de altura, y a la vez para frenar la reentrada atmosférica de la misma y su aterrizaje. El calor alcanzado por la velocidad del disparo era exorbitante, pero los materiales compuestos y sistemas de dispersión del calor mantenían las pistas en estado sólido.
Miles de vehículos de pasajeros y carga eran lanzados diariamente, e Ioan Hoffmann era parte de los millares de ese 19 de Abril.
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Rapsodia Ficticia Supermasiva.
Science FictionRecopilatorio de relatos cortos que escribo de vez en cuando.