Y ahí estabas de nuevo, solitario como todas las mañanas, refugiado en aquella esquina que últimamente era más tú amiga que solo una pared de concreto que conformaba este salón. Tus ojos siempre mirando a la nada, definitivamente eres demasiado pensativo. Dime Erick Colón, ¿acaso eres un chico triste?
Mis pisadas interrumpieron tus pensamientos y tu vista se poso en mí como si te molestara mi presencia.
-Buenos días-te dije esperando un "buenos días" de regreso, pero solo tu mirada penetrante me respondió aquel día nublado, tal vez los días grises no te gustaban y por eso te comportabas así aquella mañana, solo una observación Erick, los días pasados han sido soleados y tu sonrisa no se asoma por tu rostro.
Tome asiento dos sillas a la derecha solo para observar tu bello rostro ¿acaso eres un ángel?, permíteme decirte Erick, que eres el hombre más bello de esta tierra, tus ojos verdosos y tu cabello castaño complementan la hermosura de un ser como tú.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por los pasos ruidosos, movimientos escandalosos de las sillas en el salón y un "Buen día jóvenes" de parte del maestro de Química, al menos a él si le correspondiste el saludo.
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Los recesos eran lo mejor de mis días en la escuela, el poder verte interactuar con tu primo era mi hobby de todas las mañanas, el poder apreciar tus sonrisas a escondidas se había convertido en mi mejor travesura.
¿Por qué no sonríes tan seguido Erick? Si tu sonrisa es lo que más me gusta de ti.
Los días en ese salón compartido por los dos -y otras veintinueve personas mas- siguieron pasando y tu actitud conmigo fue la misma ¿acaso te caigo mal? Es como si fuera la peste y mi sola presencia te asqueara, siento no ser de tu agrado Erick, pero tú si eres el mío.
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E R I C K
Fanfiction-Me has roto el corazón- grito entre lagrimas. -Te lo has roto tu misma- dijo él con su indiferencia. -por esperar algo que sabías que no te podía dar-. "La muñeca bailarina".
