Un largo viaje a la oscuridad (capitulo 3)

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En medio de la noche, un matrimonio es atacado por una extraña y pesadillesca criatura surgida del cielorraso, llevándose a la mujer, Liana. Durante su búsqueda, el marido, Dan, se encuentra con un hombre que dice saber dónde se encuentra la criatura, y cómo atraparla. Pero algo, aparentemente, no está bien en la psique del hombre, y sus intenciones resultan bastante ambiguas, por no decir oscuras y sospechosas...

Llevaban unos quince minutos de marcha cuando Dan comenzó a sentir las primeras náuseas.

-Pare un minuto- gimió-. Por favor.

Quiroga, solícito, frenó la camioneta y Dan salió disparado hacia los matorrales, donde vomitó una sustancia amarillenta y nauseabunda, que no tardó en humear en el frío de la noche. Regresó al vehículo trastabillando, mientras se limpiaba con la manga de su camisa.

-Me siento terrible- dijo, echándose sobre la butaca del acompañante-. Esa cosa que me dio de beber...

-Le advertí que tiene efectos colaterales- explicó Quiroga, mientras ponía la camioneta en marcha de nuevo-. Pero no se preocupe, ya se le pasará.

-¿Usted ya la probó?

-Hace mucho- murmuró Quiroga, y dirigió la vista hacia el perro, que viajaba en la parte trasera del vehículo-. Espero que no pase mucho frío...

-Tengo náuseas, pero por fortuna, me vine abrigado.

-Me refería a Cuco, mi perro.

Dan le dirigió una larga y ácida mirada.

-Prometió que me explicaría. Todavía sigo esperando.

Quiroga retiró un paquete de cigarrillos de la guantera, y luego de ofrecer uno a Dan, pareció hundirse en su asiento. Marchaban por una carretera desierta, apenas demarcada por una línea discontinua que a veces desaparecía del todo, con una tupida arboleda a ambos flancos. De vez en cuando algunos carteles oxidados se corporizaban en la oscuridad, como si flotaran en la noche, anunciando sitios y nombres de arroyos totalmente desconocidos para Dan, pese a que vivía en una ciudad de las cercanías. De todas maneras, creía saber hacia dónde se dirigían, y una inquietud inexplicable se asentaba en su estómago y le hormigueaba en la piel sensible de sus brazos, como si algo, una intuición, lo alertara acerca de un peligro inminente.

"Las minas abandonadas", pensaba. "Vamos hacia allí. Dios mío, Quiroga querrá adentrarse en esas polvorientas oscuridades..."

-Sucedió, como ya sabe, hace unos siete años atrás, cuando Lucas tenía ocho años recién cumplidos- comenzó a hablar Quiroga, mientras Dan se debatía silencioso en su asiento, presa de nuevas y poderosas náuseas-. Fue, cómo decirlo... algo demoledor. Ya de por sí la muerte de un hijo es terrible, pero, ¿se imagina lo que es la muerte de un vástago, a manos de una criatura surgida de los Infiernos? ¿Se imagina lo que es escuchar un ruido en medio de la noche, y levantarse para ver, y encontrar, en el dormitorio contiguo, a tu único hijo, el chico al que más quieres en el mundo y por el que darías la vida por él, siendo devorado por una mierda demencial colgada del cielorraso? ¿Se lo imagina, Dan?

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2014 ⏰

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