La Puerta

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No siempre la puerta se abre con facilidad. Intentaron forcejear varias veces. Vecinos se quejaban e intentaban llamar a muchos cerrajeros. Siempre llegaban enojados, con trabajo extra o porque simplemente era su oficio, a eso se dedicaban. Abrir puertas e irse.
El departamento había sido desocupado cuatro meses atrás. El inquilino nunca pudo encontrar la llave así que trató de hacer una réplica, a la original la había olvidado debajo de la cama luego de una fiesta.
Aún no entiendo por qué ellos se molestan a veces, acaso un departamento no puede estar vacío? Quizás no le agrade el silencio....quizás quieran que hayan ruidos o discusiones para tener algo de qué hablar cuando se encuentren en la juntas vecinales.
Hace no más de un mes llegó uno nuevo, no un cerrajero, un inquilino. Llegó por la noche, al rededor de las 20:00 aunque dijo que llegaría a las 21:00, quizás estaba un poco ansioso por ver cómo sería su nuevo hogar. Al parecer ya venía viendo otros pero de algún modo éste le convencía un poco más. Suspiró y se lanzó hacía las duras puertas. Acarició las perillas y entró sin siquiera un sonido oxidado. Los que pasaban por ahi se sorprendieron al ver lo que había logrado. Estaba un poco nervioso pero su sonrisa no se apartaba de sus labios, eso comentaban los que pasaron por allí; esos curiosos.
Fué descubriendo y sacando todo el polvo que se había acumulado. Abrió las ventanas, prendió las luces y puso algunas canciones para ambientar su nuevo hogar. Los días fueron pasando y ya hasta el mismo departamento había tomado su color y esencia. Aunque a él le gustaba el aroma desde un principio, aquel con el cual abrazó al oscuro y desanimado espacio.
Está frío aún y ya va a comenzar el verano. No suele salir mucho de ahí desde que se instaló. Se la pasa con sus monólogos, risas y sueños. Prefiere comer y no salir...pero últimamente lo suele hacer. Todos los vecinos comentan que sólo es temporal, que no viene a dormir en ocasiones, que vuelve demasiado tarde, fuma en las terrazas y cuenta los pisos para ver si dolerá, toma mientras su mente bailar y se ahoga en sus pensamientos. Quiebra las copas de vino y las toma aunque le sepan a dolores. Ya deja de murmurar sus secretos y decisiones a las paredes. Pienso que de a poco sus hilos se van cortando, su sonrisa se borra de a ratos largos de sus comisuras. Algunas otras ocasiones arma y desarma las maletas. A veces los vecinos tienen razón entre tanto chusmerío. Esta noche se quedará? Hablará? Llorará? Se reirá como antes? Espero que ponga de nuevo sus canciones y ésta vez a todo volumen. Volverán esos ojos claros de esperanza.

Tardes de téDonde viven las historias. Descúbrelo ahora