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- ¿Q-Quien eres? -jadeó asustado.

El doctor no dijo nada. Sacó un pañuelo de su bolsillo y lo puso en su cara para no perder la cordura por tan fuerte olor, incluso pensaba inyectarse un supresor si era necesario. Pero no solo lo atormentaba el olor de aquellas feromonas, si no también sentir el aroma de otro alfa en toda la habitación. Parece que cierto joven no se había podido controlar.

Miraba el cuerpo atado a la cama, solo con una camiseta algo grande puesta, un poco ojeroso y ligeramente sonrojado.

Seguramente estaba deleitándose con el olor del alfa que tenía enfrente pensaba el doctor, ya que esa droga lo ponía en extremo sensible al olor de cualquier alfa. Incluso si un omega marcado es sometido a esa droga no importaba si lo quería o no, el omega podía recibir a cualquier alfa o beta aunque después de los efectos vendrían las consecuencias de haberse metido con alguien más que no era su enlace. Consecuencias muy malas.

Para los betas la droga funcionaría como el celo de un omega, les podía hacer soltar un aroma tan fuerte como un verdadero omega, algunos incluso podían llegar a convertirse en omega, tener su propio celo sin la necesidad de esa droga, claro que para ello llevaría tiempo y era peligroso, por algo es ilegal esa droga. Pero si llegaba este pelirrojo a convertirse en omega podría vender esa simple y corriente sustancia por mucho dinero, seguramente en el mundo había más idiotas como He Tian que harían lo que fuera por poder atrapar y quedarse con la persona que aman. Aún que claro, no importa que tan omega se pudieran convertir, la 'marca' nunca sería un verdadero enlace. Tendrían que enamorarse mutuamente, con citas o palabras bonitas, que obviamente jamás pasarían. Solo quedaba mantenerlo cautivo.

Ahora que el doctor pensaba en eso...¿He Tian mordió a este joven beta?

Eso era algo para reírse si es que lo había hecho. Ya que la familia He no podían bajar de su pedestal de alfa perfecto, quienes podían controlar cualquier situación.

Ocultando una sonrisa burlesca atrás de la servilleta que le cubría medio rostro se acercó a Mo.

- ¡N-No te acerques! -

Mo Guan Shan pataleaba, no quería que ese sujeto se le acercara, algo extraño le pasaba a su cuerpo, se estremecía a la espera de ser tocado por ese hombre enfrente de él. ¿Como podía ser eso posible si He Tian lo había marcado?

Mierda, ademas resulté ser un omega defectuoso. Que asco.

Cerró sus ojos con fuerza y se hizo ovillo en la cama, una parte de él temia que este alfa abusara de él y no poder hacer nada, pero su otra parte "su parte omega" pedía urgentemente que le tocaran ahí abajo.

- Tranquilo, yo soy tu médico. He Tian me ha enviado. -dijo la masculina voz mientras se sentaba en la orilla de la cama.

Mo no dijo nada, quizá el tipo decía la verdad, ya que no pensaba que He Tian lo haya dejado solo con las puertas abiertas.

Miró cada acción del alfa para prepararse por cualquier movimiento extraño. Lo vio ponerse un cubre boca blanco y poner un maletín a un lado de la cama, al abrirlo Mo pudo observar lo normal, vendas, parches, alcohol, agua oxigenada, algunas pomadas y dentro de una bolsita unas jeringas llenas de líquido, ¿Será anestesia? No, era la otra droga que podía adelantar la "transformación" a omega.

- Deja trato tus heridas. -

El hombre le pidió que se diera la vuelta, a lo que Mo accedió, quedando de panza en la cama. Descubrió que el moreno si lo había mordido y dos veces, realmente fuerte, debía desinfectar eso. Aún que realmente al doctor no le importaba la condición en la que se encontraba el pelirrojo, el solo había ido con la intención de inyectarlo para que la "transformación" vaya más rápida.

Entre alfas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora