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Mo despierta abruptamente por culpa de una pesadilla, era él con una enorme barriga, cargando dentro una docena de mini He Tian, podía ver como en la piel de su barriga se marcaban pequeñas manos y pies, era aterrador y siempre despertaba sobresaltado.

A veces despertaba solo en la cama, aveces con He Tian o atado de una muñeca y el desayuno a un lado junto a una nota que decía "volveré pronto".

Esta vez despertó atado de pies y manos, recordó la noche anterior, había tenido una pelea con He Tian. El alfa se había puesto muy cariñoso, Mo en estos casi dos meses encerrado había soportado que He Tian se frotara contra él todas las noches o soportar chuparsela con tal de no llegar a hacer algo más. Pero esta noche He Tian se había puesto más insistente de lo normal, decidido a llegar hasta el final, su lado salvaje lo había empezado a controlar y no paraba de decir; "Ya está bien, ya podemos hacerlo..."

Mo asustado lo había echado de la cama con una patada, no pensaba ser penetrado de nuevo, con solo recordar el horrible dolor y la posibilidad de embarazarse le entraba un miedo y pánico que no sabía de que otra forma defenderse más que golpeando a su 'pareja'. Obviamente He Tian no tomó nada bien esto y volvió a subirse a la cama, intentando forzar a Mo quien seguía negándose.

- ¡Si quieres hacerlo espera a que entre en celo! -gritó Mo mientras encajaba sus uñas en las manos del moreno que intentaban amarrar sus muñecas con fuerza. Al parecer esa frase hizo entrar en razón a He Tian ya que sé detuvo.

Mo pensaba que fue buena idea decirle eso para hacer que se detenga, pero, una vez que entrara en celo no tendría excusa...

Y hablando de celo, ¿Cuando tendría otro? Ya había pasado más de un mes de su primer celo, desde que despertó en esta cabaña. ¿No se supone que el celo llegaba cada mes? O incluso llegaba cuando el alfa quería copular, pero Mo no sabía porqué él no entraba en celo, no es que quisiera, solo le parecía extraño y agradecía eso, quizá no era un omega tan lascivo como los demás.

He Tian esa noche se había detenido, no lo desató, solo se disculpó y se dirigió al baño donde tardó un tiempo quizá aliviando su erección, Mo no lo sabía. Después lo vió salir del baño para ir al piso de abajo y regresar con un vaso de agua la cual se la ofreció.

Mo bebió rápidamente, gritar y forcejear le dejó la garganta seca.

Era un agua muy dulce, sabor kiwi y muchas otras frutas, aunque el color era transparente. El sabor era tan bueno y adictivo que bebió hasta la última gota. Ese sabor lo había probado antes.

- Descansa... -Le susurró He Tian para agacharse y besarle la mejilla, después salió del cuarto y no volvió.

Mo intentó dormir atado de pies y manos a la cama. Y así despertó.

- Mierda... me duele el estómago... ¿Estoy enfermo? -unos minutos después de despertar de esa pesadilla Mo se dio cuenta de que estaba bañado en sudor, pensó que pudo ser por la pesadilla, pero también le dolía el estómago.

- ¡He Tian! -

Gritó esperando que el moreno llegara y lo desatará. Pronto escuchó pasos subiendo las escaleras.

Pero de la puerta entró un médico, ya lo había visto antes.

- ¿Que hace aquí? -

- Buenos días. -Saludó el médico haciendo una reverencia.- El joven He me ha enviado para revisar su estado. -

Mo solo le dirigió una mirada molesta y volteó hacia otro lado. El médico hizo una revisión común, tomar su precio, temperatura y le sacó una muestra de sangre.

Entre alfas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora