Era la primera vez que una mujer subía a un escenario en bastante tiempo, y como era de esperar, las dudas en su cabeza no cesaban... las manos le temblaban y tenía ganas de gritar de los nervios... pero algo le decía que tenía que seguir, ya había llegado hasta ahí, y ahora tenía que tocar frente a toda una multitud, tenía que lograr lo que se había prometido, con sus amigos y su mamá apoyándola, sentía que podía hacer lo que sea, no los quería defraudar, no ahora que ya estaba tan cerca de cumplir sus sueños, con una mirada preocupante, esforzándose por tomar valor, acercó la mano al piano que tenía frente a ella, puso la mano en el teclado, y la pasó a través de las teclas, tocó una nota, otra, y luego otra, los nervios todavía no se iban, seguían presentes, pero su voluntad era más fuerte, por lo que poco a poco empezó a tocar más rápido, pronto, todos esos nervios que estaban en un principio fueron desapareciendo, y ahora solo quedaba una gran melancolía. La multitud miraba al frente con distintos sentimientos, la canción hacía que recordaran cosas de su pasado, muchos de ellos tenían miradas tristes, otros felices, y otros pocos se veían bastante intrigados. La niña no era la excepción, entre todo ese espectáculo de música escondía una profunda tristeza, un recuerdo que llevaba atormentándola desde siempre pero que ha tenido que guardar para si misma durante once años.
Primero de Marzo del año 2001. Una niña se encontraba sentada mirando el cielo, pensando en como las aves cantaban de vez en cuando, en como el viento creaba música, y en como todo a su alrededor funcionaba de cierta forma para crear melodías. Alguien abrió la puerta del patio, y la niña volteó en dirección a aquel sonido, una sonrisa se dibujó en su rostro justo antes de levantarse y correr hacía aquella dirección, había alguien, un hombre, la niña abrazó a aquel sujeto, y este la levantó con una gran energía, dándole un par de vueltas, ambos se miraron alegremente y conversaron un poco, al cabo de unos minutos, el hombre dejó en el suelo a la niña, y cerró la puerta detrás suyo, se acercó al patio tomando la mano de la pequeña, y se sentó en el césped mientras la niña le contaba lo mucho que le llamaba la atención la música. Duraron un par de minutos hablando, hasta que una mujer salió, llamando a aquel hombre muy preocupada, este dirigió su vista al suelo muy triste, luego le mostró una sonrisa a la niña y le acarició el cabello, acto seguido, el hombre se levantó y se dirigió con la mujer, la niña solo miró como el hombre se dirigió hasta la puerta del patio, y cuando este estaba a punto de meterse a la casa, volteó en dirección a la niña, y con una cálida sonrisa, le hizo una seña para que fuera con él, la niña, al ver esto, entró junto con el hombre, y cerró la puerta del patio.
A cada nota que tocaba, le ponía un sentimiento en ella... Cada vez que presionaba uno de los pedales del piano, sentía un gran dolor en la punta, pero eso no le impediría tocar, así que tocó más fuerte, para que todos en la sala pudieran sentir la misma fuerza que ella hacía al tocar.
Una mujer miraba como su hija crecía, y le fue inevitable aguantar que un par de lagrimas salieran de sus ojos, estas se extendieron por sus mejillas hasta dejar su rostro, mientras veía como ella dejaba de ser su niña, y se convertía en una mujer, en ese momento, ella era la mamá más orgullosa de todo el mundo.
Lagrimas comenzaron a brotar de los ojos de la mujer, y el suelo de madera en el que estaba tocando empezó a mojarse lentamente. Entre toda la multitud, un chico mira al escenario con preocupación.
-Está llorando...-dijo mientras miraba al escenario, entre toda la gente de alrededor, el podía ver el brillo de las lagrimas de la mujer.
En eso, la mujer dejó de tocar, lo cortó en seco, y no es que hubiera terminado la canción, en su mente seguía escuchándola, pero ya no tenía la fuerza suficiente para terminarla, no podía, para dar la sensación de que así terminaba la canción, decidió levantarse en silencio y miró minuciosamente a su alrededor buscando algo, pero al no encontrar lo que buscaba solo miró al frente y se despidió. El publico creyó en los movimientos de la mujer y todos se levantaron de sus asientos aplaudiéndole por tal espectáculo, su madre se quedó en su lugar, al igual que el chico, ambos sabían que no había terminado de tocar la canción.
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Personalidad prematura: El camino de Leandro Roiss
AléatoireDonde una vez hubo cenizas, ahora queda una ciudad, en medio del invierno, donde todos son obligados a cubrirse del frío. Leandro vive en ese lugar, y es su deber enfrentarse a el y ayudar a quien lo necesite, nada es fácil, la vida ya se lo ha ense...