Spotlight «TaeGi OS»

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¿Qué es la belleza?

Pero no la belleza trivial del exterior, sino aquella que nos hace quedar totalmente fascinados por algo, atrapados por un inexplicable encanto incluso si a ojos de los demás ese algo resulta extraño o poco agradable. Taehyung siempre se había preguntado eso.

Hay muchos conceptos y definiciones, pero, ¿alguien sabría realmente la respuesta?

Cada país, cada cultura posee sus propios estándares y etiquetas de lo que se considera atractivo y magnífico, sin embargo, Taehyung dudaba que hubiera muchas personas capaces de ver la verdadera esencia de las cosas.

— Ya está listo — avisó la muchacha de coleta finalizando con los últimos retoques de su maquillaje.

El peli rosa abrió los ojos y se inclinó hacia el espejo para dar una mirada al resultado. El maquillaje era sutil, buscando un aspecto de naturalidad con sombras mates de ladrillo y terracota que se perdían en un suave trabajo de degradado conforme se distanciaban de sus ojos. Un delineado en negro para  dar una ilusión de mayor tamaño y aquellos incómodos lentes de color celeste que, aunque todos supieran era falso, a las personas parecía resultarles atractiva la combinación de color de iris cielo con su rostro de rasgos asiáticos. Taehyung contuvo una risa al notar cómo el pequeño lunar junto a su ojo había sido oscurecido y agrandado, obviamente para llamar la atención. ¿Qué rayos tenía la gente que veía sensualidad en un simple lunar? No importa cuántas veces intentaran explicarle, nunca tendría sentido para Taehyung. Por último observó sus labios, rojos y brillantes, le recordaban a una jugosa manzana, estando coloreados con gran maestría hasta el punto de parecer su color de belfos genuino, excepto que los suyos eran realmente de un bonito rosa pálido.

— Gracias, Susan, está perfecto como siempre, eres toda una artista.

— ¿Qué dices? Solo hago mi trabajo — respondió ella acomodando nuevamente sus pinceles.

— Que sea tu trabajo no le quita el mérito.

— ¿Te han dicho alguna vez que eres un amor de chiquillo? La mayoría de los modelos con los que trabajo son unos arrogantes de narices empinadas y operadas que se piensan que los maquillistas somos sus esclavos. Dime si todos son como tú allá en Corea, que mañana mismo me largo en el primer vuelo que salga.

Taehyung sonrió con diversión, le gustaba la gente de América. La primera vez que pisó USA fue todo un desastre: sus conocimientos de Inglés no pasaban de lo meramente básico y se sintió agobiado por la invasión de las personas a su alrededor. Con el tiempo había aceptado que esa era la forma de actuar de la gente en aquella parte del mundo, e incluso gustaba de poder conversar relajadamente con un desconocido sin presentaciones u honoríficos de por medio.

Unos toques a la puerta, seguidos del anuncio de que faltaban diez minutos pusieron fin a la conversación.

El peli rosa se levantó del sillón y fue hasta el pequeño bolso donde solo traía lo básico –documentos de identificación, tarjetas de crédito, llaves de su habitación de hotel–, una enorme sonrisa dibujándose en su rostro al encontrar en el móvil aquella pequeña lucecita anunciando una nueva notificación.

Hey, mocoso, mucha suerte en tu desfile, sé que lo harás bien.

¿Y cómo estás tan seguro de eso?

Sabes que eso de la moda no es lo mío, nunca entenderé cómo un traje rojo combina con unos zapatos azules, pero sí entiendo de personas y sé que te dejas la piel en todo lo que haces.