Al escuchar a mi madre para despertarme me sentí extraño, sueños así nunca los tenía, realmente no me acordaba de los sueños que normalmente tenía, solo fragmentos de ellos y nada relacionado a sexo.
Me levanté y caminé a la universidad, comenzaban las clases y no quería llegar tarde. En eso me topo con Erik que venía en su bicicleta, pero esta vez andaba de lo más normal, muy diferente a como se había ido a su casa. Comenzamos a conversar y sobre la carrera en que estudiaríamos, sobre que pensaba que pasaría en clases y muchas cosas relacionadas. En eso vemos que llega Axel y Aisha, a cada uno lo venían a dejar sus padres, pero de forma indiferente con Axel, como que lo hacían con desprecio, como si no fuese su hijo, lo contrario de Aisha, a la cual su madre se despidió como tres veces con besos. En eso nos vieron y se acercaron a conversar y para ir a la sala de clases.
Entramos a clases y el profesor se presentó, toda la clase se desarrolló de forma normal, lo sentí igualo que en el colegio, a diferencia en que no estaba con uniforme y tenía otros compañeros.
Después de clases seguimos conversando y así se desarrollaron los siguientes días. Me levantaba, llegaba a la universidad y nos hacíamos cada vez más amigos entre los 4. Los demás compañeros no se relacionaban mucho con nosotros, nadie sabe por qué, pero no lo hacían.
Así como los días eran iguales, mis sueños lo seguían siendo, eran casi iguales, solo que cambiaba el lugar, como en la cama, el living, el patio, hasta en un auto, y así podría seguir diciendo lugares, pero ese no es el tema, lo que pasa es que eran tan reales que no notaba que estaba en un sueño. La figura misteriosa que aparecía en mis sueños seguía siendo la misma, nunca podía verle la cara, ni el color de pelo, seguía siendo un misterio para mí.
Un día llegando de la universidad mis padres habían llegado antes a la casa, fue demasiado extraño, nunca estaban temprano, y menos los dos juntos. Entro, los saludo y me voy a mi dormitorio. Sus caras no eran tan amigables, pareciera que hubiesen estado discutiendo sobre algo, pero yo no quería ser parte de eso. Me senté en el computador a jugar un rato y me llama mi madre. Fui al comedor y ahí estaban los dos sentados, me pidieron que me sentara y comenzamos a hablar, al principio todo normal, hablaban de como estuvo su día y me preguntaban sobre el mío. En cierto punto la conversación comenzó a tornarse un poco seria, se sentía más pesado el ambiente. Comenzaron a discutir al frente mío sobre cosas del pasado, problemas que habían tenido antes, y lo que había pasado con mis tíos y primos, cada uno defendía a su familia. Yo no me sentía bien al escuchar esas cosas, sobre todo no me sentía bien al verlos discutir, gritar y casi llorar. Me levanté de la mesa, me retaron, pero de igual forma me fui a mi dormitorio y cerré la puerta. Se escuchaban todos los gritos aunque me pusiera los audífonos. Puse la música a todo volumen, casi reventándome los oídos, hasta que en un momento siento platos y vasos quebrarse. Mi padre se descontroló y botó todo lo que había en la mesa, por suerte mi madre no salió herida. Esa noche mi padre durmió en el sillón.
No soñé nada ese día, solo me dediqué a llorar toda la noche y pensar qué era lo que había hecho mal...
YOU ARE READING
Mi loca Vida
RandomUna extraña historia con altos y bajos que puede hacerte reír, llorar o sentir otras cosas, todo esto de la vista de Mileto