T R E S

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Una luz roja nubló mi vista, ¿ Y la luz blanca?, ¿Y Los Angeles?, ¿Y los cantos?, se supone que debo estar en el cielo ¿no?, Digo había crímenes peores que meterse en todo lo que no te importa. Pero esa luz roja me hace pensar que definitivamente estoy en el infierno.

-Esta despertando -Escucho la voz de un señor y poco a poco mi vista se aclara, puedo ver una silla entre la tenue luz roja y de pronto una luz blanca me hace quejarme.-

Estaba en un hospital por el señor de bata blanca, después de todo, no creo que satanás tenga un consultorio en el infierno.

-Gracias a Dios. -Esta vez fue la voz de mi querido vecino que casi me mata de un trauma cerebral. ¡ Lo siego amando vecino! -¿Cuantos dedos ves? -Esta vez el doctor estaba levantando dos dedos frente a mi.-

-Dos- Mi voz salio más débil de lo que imagine.-

-¿Ahora? -Esta vez puso cuatro dedos frente a mi.-

-Cuatro -Me senté en la camilla y el doctor no paraba de hacerme preguntas sobre dedos a las cuales conteste correctamente.-

-Fue un golpe muy fuerte -Comenzó el doctor a hablar luego de anotar algo en un papel- Tuvo suerte de no haberse golpeado más fuerte, es bueno que se ponga hielo al llegar a casa y que tenga cuidado al regar el shampoo para la proxima.

- Shampoo? -Fruncí mi ceño hacia mi venido quien no dejaba de caminar de una lado hacia otro.-

- Si, shampoo - Afirmo mi vecino- Te caíste mientras limpiabas tu casa. -Abrí mi boca ofendida, pero antes de que pudiera articular palabra este tapo mi boca tomando, o mas bien, arrebatandole el papel al doctor de las manos.- Muchas gracias doctor.

- Pero no les eh.... - Y salimos de allí dejandole con la palabra en la boca .-

Me llevo a rastras por los pasillos del edifico hasta salir del hospital por completo donde aproveche para safarme de su agarre.

- Eres un.... - Sus ojos se posaron en mi y rayos malditas hormonas que me controlan como si aun fuera una adolescente-

- ¿Un que? - Alzo su cejas esperando mi respuesta.-

- Un lindo mentiroso -Cruce mis brazos y este hizo una mueca de no entender para nada mi actitud - Ahora no puedes demandarme porque estamos a mano vecino, pero para que yo te perdone tienes que comprarme un helado con tres bolas de diferentes sabores.

- Valla propuesta - este empezó a caminar - Más vale que no vuelvas a mi casa luego de ese helado.

- No prometo nada vecino.

Luego de que este me comprara mi sabroso helado emprendimos nuestra caminata hasta nuestros debidos departamentos. Me comia mi helado con tanto gusto, era el mejor helado del mundo, tenia un sabor que-

- ¿Esta tan sabroso ese helado? - Comento el vecino con sus ojos en mi-

- Tranquilo vecino, no esta más sabroso que usted. - Este casi se atraganta con su helado-

- ¿Como puedes ser tan descarada ? - Sus ojos parecían platos, no estaba acostumbrado a este tipo de comentarios. yo solo me encogí de hombros-

- ¿Es un don? - Este nego con una diminuta sonrisa en sus labios.- Solo digo lo que pienso y personalmente pienso que usted vecino esta mas bueno que el pan.

- Lo se, pero ¿Podemos tener una conversación normal?

- _________ - Le di mi mano para que la estreche con la mia.-

- Jin - Este la estrecho dudoso- Dime ________ ¿Por que carajos estaba trepando el edificio como si fueras spiderman?

- Es confidencial Jin, Solo te dire que entrar a tu habitación era de vida o muerte; podia haber sido descubierta.-Antes de lo esperado ya cada quien estaba frente a su puerta.-

La puerta de al lado ||Jin y Tú||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora