Los sueños, pueden volverse realidad.
Todo los días, todas las noches, recordaba aquella frase, sin falta y creía firmemente en ella, desde que él más grande héroe de todo el mundo se convirtió en mi ejemplo a seguir me eh empeñado a seguir sus pasos para cumplir mi más grande sueño y todos los días sentía que estaba avanzando aunque sea un diminuto paso hacia él.
✴✴✴
—Midoriya....
—...¿Hacerse gigante, eh?...
—Midoriya....
—Ella parece ser muy popular, y es un Quirk increíble, pero pensando en el daño a la ciudad si va mano a mano con eso, ¿su uso debe ser limitado?.....No, pero si ella puede controlar el tamaño....
—¡Izuku Midoriya!.—el profesor estiro su brazo y paso a darle un leve golpe en su cabeza.
—A-ah! Lo siento!.—las risas de sus compañeros de salón no se hicieron esperar y el profesor suspiro mientras volvía su brazo a la normalidad.
—No te pongar a murmurar en plena clase, ya es la tercera vez esta semana.
Ella se encogió en su lugar y asintió avergonzada, el profesor retomó la clase y Midoriya miro hacia su libreta. Suspiro y la cerro para guardarla en su mochila y prestar atención mirando a su profesor.
Izuku Midoriya, una chica de cabello verde y algo alborotado, sus ojos son del mismo color y con algunas pecas adordando sus mejillas, suele ser algo tímida y tiene una costumbre de comenzar a murmurar sin ser consciente.
—Bien, ahora sin no tengo más interrupciones.—le dio una leve mirada de reporche a la peliverde quien tan solo le sonrió apenada.—Como todos son de tercer año, es tiempo de pensar claramente en su futuro, aunque, creo que es más que claro....ustedes están... pensando entrar al curso de héroes, ¿verdad?.—sonrió de lado y prácticamente toda la clase paso a relucir sus Quirk con un gran grito de emoción.
Lo que antes parecía imposible se hizo posible, hoy en día cada ser humano consta de súper poderes, y eso ha hecho que todos puedan cumplir el más grande sueño.
Convertirse en un héroe
—Si, si, ¡cada uno de ustedes tienen Quirk maravillosos!
Entre toda esa emoción ella suspiro con pesadez, esperaba que el profesor no sacara ese tema, o al menos, que no se formara tanta emoción al respecto, pero no podía negar que a ella también le emocionaba aunque no lo demostraba, debido a que si lo hacia....
—Sensei, no nos ponga a todos en el mismo grupo.
Y ahí estaba, ya se lo venía venir, volteo a mirar a la fila de asientos de al lado, dos sillas adelante, ahí estaba, con los pies sobre su mesa, los brazos detrás de su nuca y con una gran sonrisa de superioridad.
—¡No estaré en el fondo con el resto de rechazados!
—¡Ah!, ¡¿quien te crees maldito Katsuki?!
—¿Ah?, ¿que dijiste?.—se levanto de su asiento y camino dos pasos hacia el chico de adelante, se inclinó ligeramente y levanto una de sus manos.—¿A caso crees que puedes desafiarme? —sonrió arrogante y poso su mano en el hombro del chico haciendo que comenzará a echar humo.—¿Quieres pelear?
