Estaba ahí al frente de todos, siendo observado por una multitud que solo quería verme fracasar. Lo habían logrado. Con un plan muy bien elaborado, aquellos hombres y mujeres pudieron ver mi sueño acabar. Quería ser cocinero.
Cuando era pequeño siempre miraba a mi madre cocinar y el olor de la comida era siempre muy atrayente. Conforme iba creciendo, el interés por la cocina solía ir aumentando hasta que un día le pregunté a mi madre como cocinaba aquél plato que siempre me preparaba. Ella me respondió con amabilidad que el día de mi cumpleaños.
Llegado este día, en mi cumpleaños número dieciséis. Ella me pide que cocine un par de elementos que teníamos en nuestra casa, la cual era muy humilde, incluso para la época desamparada en la que existo.
La verdad no tenía mucha idea, pero con la ayuda de ella ,yo logro aprender y eso me permitió cocinar los elementos. Más aún esto despierta mi curiosidad por aprender en mayor cantidad y calidad los conocimientos relacionados con las artes de la cocina.
Ya a los 18 años había aprendido a variar un poco los elementos con los que siempre contábamos en casa. A veces trabajaba como mayordomo en la casa de uno de los miembros de la socialité, pertenecientes a la familia Belmont. Estos que son claramente fieles a los intereses del Rey James, quien posee todo el poder político de la población que conocemos. Está más que claro que la familia Belmont junto con otras cinco familias poseen el poder económico
A pesar de el origen de mi propia familia, en la cual mi madre cocinaba y de repente vendía esta comida a los mineros que, ahora que lo pienso, era la inmensa mayoría de población masculina. Yo creo que como un setenta o un ochenta por ciento de los hombres era minero. Y bueno mi padre formaba parte de esa población.