La forma caza a una nueva victima

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30 de octubre de 2008

5:32 pm

La casa del sheriff estaba de luto. Su esposa no dejaba de llorar y el sheriff Derek entre lágrimas y rabia leía un sitio de internet en su laptop. Era un blog donde se presentaba todos los periódicos y noticias que había referente a Michael Myers. Todas las masacres estaban ahí, desde 1978 hasta 1998. Vio todas las fotografías, los cadáveres, los cuchillos y armas que se ocuparon; el cuerpo desnudo sin vida de Lynda, las blancas paredes del memorial hospital adornadas con sangre y cuerpos humanos, el doctor Samuel Loomis saliendo de la casa de los Myers con sangre en su cabeza, Laurie Strode y su hijo afuera de su escuela, su sobrina Jamie Lloyd de pequeña y posteriormente su cuerpo adulto bañado de sangre. Se le vino a la memoria la noche anterior cuando llegó al auto del  novio de su hija y vio un charco de sangre desprendiéndose de la puerta delantera del Pontiac, cuando abrió la puerta y miró el cráneo de su única hija desecho por el estrellón de la puerta, quedo devastado, pegó un grito y llamó a los paramédicos para llevarse su cadáver. Una imagen traumatizante para un padre; cuando regresó a la comisaria y presencio todo el lugar destruido, el piso mojado por la roja sangre, los cuerpos de sus compañeros esparcidos por el despacho, y cuando llego a su oficina le llego un sentimiento de frustración e impotencia, miró su puerta de cristal rota y un cuerpo incrustado en ella, entró a su oficina desecha y entonces le llegó la preocupación, su vitrina estaba rota y le hacía falta algo, algo que le indica que se acercaba el treinta aniversario de la masacre del 78, Halloween se acercaba.

31 de octubre de 2008

9:30 am

Halloween

Mr. Sandman sonaba por las calles de Haddonfield, los adornos y Jack-o'-lanterns se hacían lucir por el pequeño pueblo, los niños con sus mochilas corriendo hacia la escuela con máscaras de monstruos clásicos, las tiendas abrían sus puertas revelando sus productos de la temporada, los arboles desprendían las hojas marrones de otoño. Todo lucia tan normal como en años posteriores, era una mañana cálida y tranquila.

—Abraham, buen día, quiero saber si ¿hay algún familiar de Laurie Strode que resida aquí en Haddonfield? —le pregunto el sheriff Derek a través del teléfono.

—Señor no tengo se conocimiento en este momento, solo se de John su hijo, pero no vive en Haddonfield —replico Abraham con una respiración agitada que creaba cierta distracción en la bocina del teléfono.

—¿Por qué estás aquí...?

—¿Dijo algo señor?

—En lo absoluto Abraham, busca el apellido Strode, tal vez allá algo.

—Claro sheriff, lo que diga.

—Otra cosa. Pon un toque de queda, que nadie salga después de las 8:00 pm, quiero patrullas en todas las calles y que cuiden las casas toda la noche, en especial la de los jóvenes y las niñeras.

—¿Es por lo de Myers?

—Si..., que los niños salgan a pedir dulce o truco en la tarde. Cada que veas a alguien con la máscara de ese bastardo ponlo en custodia, sea el verdadero Michael o no de todas formas es una broma de mal gusto, en especial aquí.

11:00 am

Un salón de clases esta en total silencio, solo se escuchan las manecillas del reloj avanzando sin parar. La campana sonó y dio inicio al fin de la clase. Todos los alumnos guardaron sus cuadernos en ese escándalo común en un viernes por la tarde. Unas chicas salieron de aquel salón. Las cuatro chicas eran lindas, delgadas y con unos cuerpos bien formados, toda una fantasía para cualquier gordo sudoroso de la escuela.

HalloweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora