13- ♡ Impulsos.

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Valentina.

—Yo sólo vine a hablar de lo qué estás acá, decimelo ya. —lo miro fijamente.

—Tranquila... —mira a los lados a ver si llegaba la camarera con los pedidos.

—Habla. —dije entrando en furia nuevamente.

—Estoy aquí por vos, lo repito, él no sabe que estoy acá, sino hubiera venido conmigo. —fruncí el ceño.

—¿Por qué el vendría? —me crucé de brazos.

—Quiere regresar para estudiar en la universidad de aquí, donde estudio su hermano. Posiblemente también quería saber de ti, a pesar de todo, también fuiste un amor profundo para él.

—Si fuera así, esto no estuviera pasando. —digo molesta. — Se hace la víctima, es un idiota.

—Tranquila... —susurró.

—No, no quiero estar tranquila. Por su culpa, he pasado los peores momentos depresivos de mi vida, por su culpa me he sentido miserable, sin valor alguno, un asqueroso juguete. —digo en voz alta, pero no gritando.

—Ya, Valentina... —me alcé un poco.

—No me digas que no haga, Zack. También llegas como si nada y me traes aquí, como si vos no fuiste cómplice de mi dolor. —lo señalé.

—Vámonos de aquí. —él sale, jalandome de la muñeca para sacarme. Al estar fuera—¿Qué diablos es lo qué te está pasando? Por que de repente decís esas cosas, como si recientemente pasó.

—Para mí aún sigue siendo reciente, y... —me interrumpió.

—Y nada, te llevaré a casa. Estaré al pendiente de vos, de igual forma si no me avisas, está tu mamá.

Gruñí.

—Mejor dormiré todo lo necesario. —digo fastidiada. Subimos al auto.

No sé por que me dan esos impulsos.

—Lo que debes hacer es controlarte. Ya pasó, súperalo. —lo miré, y rodeé los ojos. Lo dice como si fuera fácil.

—Claro, nunca te haz enamorado. —le digo, mientras me coloco el cinturón de nuevo.

—No lo sabes. —dice serio, aún está furioso, lo está.

—Llévame a mí casa y ya. —digo lo más cortante.

El camino fue silencioso, ninguno se dispuso a decir alguna palabra. Ni lo miré, solo estaba pegada a la ventana.

Al fin llegamos.

—Gracias, adiós. —digo y antes de cerrar la puerta, habla.

—Oye, mañana te busco para que vayas al instituto. —dice, yo me negué.

—No pienso ir. —volví a tratar de cerrar la puerta.

—No me importa, te llevaré y punto. Descansa y espero que estés vestida para cuando llegue aquí. —rodeé los ojos, y cerré la puerta.

Entré a casa en silencio, bueno, casi. Fui a la cocina por un jugo de cajita, dejé reposar mi mochila en la barra.

—Zenere. —casi me ahogo con el jugo.

—M-Mamá... —la miro sin hacer alguna expresión. — ¿Qué sucede?

—¿Qué sucede? a estás horas llegas, y no supe de vos durante el día. Me dijeron que te escapaste del instituto, y no me respondiste los mensajes. ¿Qué está sucediendo? —se cruza de brazos.

—¿Dónde está mi papá? —pregunté, acercandome a tomar mi mochila para subir a mi habitación. No quería escuchar sus quejas.

—Responde Zenere, ¿Qué sucede? quiero saberlo, quiero ayudarte, hija. —me suplica, acercándose a mí.

—No sucede nada, no necesito ayuda, gracias mamá. —paso por su lado, y subo a mi habitación.

Cierro la puerta, lanzo mi mochila a mi cama, y sin pensarlo, caigo a llorar.

...

Sentimientos encontrados uwu.

Los amos bebés. ❤

Tropiezo en el amor. ﹥Michaentina﹤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora