Llevaba aproximadamente 2 meses y un poco más con mis "métodos de bajar rápido y fácil de peso", todo era una pesadilla, pero a mí me encantaba, o eso quería creer.
Si, estaba delgada, demasiado para mi estatura, 1.53, una chica baja.
Pero, ¿De que sirve tú "cuerpo perfecto", si tu piel, tu rostro, tu cabello, tú actitud, todo había cambiado?.
Nunca he sido una chica energética, siempre he preferido leer un libro que salir a correr. Claro, cómo en todo, había sus excepciones. El bailar, mi más grande pasión.
Mi familia notó eso, mi estado de ánimo se fue a la basura, estaba muy sensible y frágil, tanto física como mentalmente.
En una ocasión, ensayando una coreografía, tuve un mareo que más bien considero un desmayo, porque me sentí en un abismo, literal, sentí como mi menudo cuerpo iba bajando, un dolor soportable expandiéndose en todo mi cuerpo, y manchas rojas con violeta adornando mi piel.
Pero poco me importó.
Ya era una dependencia, así como un drogadicto con las drogas, o un alcohólico con el alcohol.
Había creado una dependencia con el vómito y el ejercicio. No había día en el que no lo hiciera, para mí era algo vital.
Tomar agua y vomitar, el resumen de mis días.
Mi familia nunca ha sido una familia unida, claro, hemos pasado momentos hermosos, pero pese a eso, los momentos de llanto, gritos e insultos, son mayores y más frecuentes.
Provocarme el vomito hacia que me olvidara de mis problemas, de mis preocupaciones, o eso quería creer.
No veía mi realidad, veía lo que quería.
Momentos hermosos, a segundo plano.
Momentos de tristeza y desesperación, primer plano.
Mi mente llena de "eres gorda", "mira tú amorfo cuerpo".
Ya no era solamente por bajar y mantener mi peso.
Era para escapar de mis tormentos.
A veces lo dañino nos sabe tan dulce.
