Begin

139 18 1
                                    


¿Cómo lo había llamado anoche? ¿Honey? No, no, no, eso no estaba bien.

Al despertar, Daniel se levantó ignorando el dolor de todo el cuerpo producto de la noche anterior, y se vistió solo con su ropa interior y la camisa de Jooheon para prepararle el desayuno.

Ahora se encontraba en la cocina haciendo un intento por cocinar algo con lo que había en la nevera mientras que las imágenes de la noche pasada llegaban a su mente.

Un placentero escalofrío recorría su piel y las mejillas le cambiaban de color de solo recordar esos suaves y carnosos labios sobre su cuerpo.

Jooheon lo había tratado con amor y delicadeza, y lo había hecho experimentar todo tipo de sensaciones que nunca, ni en su más estable relación había sentido, y eso le asustaba.

Aunque se relajó y dejó llevarse por el momento el alcohol y la temperatura lo aturdieron con levedad pero tomando esos factores a su favor decidió echar sus miedos al demonio para permitirse sentir una vez más con alguien que le decía a gritos lo mucho que lo quería.

Y en realidad no recordaba haber tenido una noche mejor que esa.

Se sintió amado después de mucho tiempo. Se sintió seguro en otros brazos, se sintió especial.

Mordía sus labios recordando esas manos tocando sus piernas, su espalda, su mala educación. Demonios, lo había disfrutado demasiado y tenía miedo de eso. A pesar de haberle hablado de su pasado, a pesar de haberle entregado su cuerpo aún lo frenaban sus traumas e incluso parecía que lo perseguirían toda la vida.

Se regañaba a sí mismo por darle tantas vueltas al asunto, sin embargo era algo que no podía evitar. Tenía miedo de enamorarse, de volver a entregarlo todo y que vuelva a terminar como su relación pasada.

Continuaba pensando en los detalles de cómo había rasguñado la espalda del ajeno mientras servía las tasas de café cuando unos brazos aparecieron por detrás de él rodeando su cintura.

— Buenos días Dani.

El mentón de Jooheon descansaba suavemente en su hombro derecho al tiempo que el mencionado terminaba de servir la última tasa sintiendo.

Su corazón se aceleró y el estómago le dio un vuelco, nervioso.

— Buenos días Jooheon.

— ¿Dormiste bien?

Las mejillas de Daniel se colorearon con fuerza recordando lo que sucedió anoche.

— Si. — Dijo esperando no ser traicionado por su voz temblorosa.

— ¿Por qué no me despertaste? Pudimos haber hecho el desayuno juntos.

Jooheon liberó la cintura del ajeno para colocarse a su lado y tomar los platos con pan tostado llevándolos a la mesa.

— No quería despertarte.

Al darse vuelta para llevar las tasas de café, Dani notó que Jooheon solo traía un pantalón de pijama, sin nada que le cubriera el torso y, al estar de espaldas a él pudo apreciar líneas rojizas por sus hombros y espalda.

Demonios.

— Creí que ya te habías ido.

El castaño no respondió pues no se sentía capaz de decir algo que no fuera "lo siento" luego de ver aquellas marcas.

Cuando la mesa estuvo lista ambos se sentaron a un lado del otro para comenzar a desayunar.

— ¿Quieres que te lleve a tu casa? — Preguntó Jooheon mientras ambos comían su pan tostado.

Deja de Joder [Jookyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora