Capítulo 4

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La biblioteca era inmensa, y preciosa, tenía las paredes tan radiantes que parecían hechas de oro, los estantes y estanterías llegaban hasta el mismísimo cielo y había millones y millones de libros, revistas, cuentos y novelas.

Al entrar, a mano izquierda se encontraba el bibliotecario, él, era de una estatura media, llevaba una camisa a cuadros metida en unos pantalones vaqueros, los zapatos eran negros y elegantes, tenía los ojos pequeños y oscuros, sus labios te sonreían mientras te decía con delicadeza: "Buenos días".

EL MISTERIO DE LA ROSA DE PAPELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora