Edgar era un hombre de negocios, por lo cuál, aunque tuviera mucho empleo no dejaba de pensar en Tamara. Emilia para él era Tamara, constaba en no decirle su nombre por las dudas de que investigara sobre ella.
No acostumbraba a conseguir mujeres en clubes nocturnos, Edgar era más del golf. Amigos de vacaciones, playas en Portugal e incluso algunos romances que dejaban de exitir a los tres meses.
Aquella tarde, Edgar quizás no aguantaba en poder buscar a Tamara, sin saber que ella realmente era Emilia. Ella, por su parte, aún seguía pensando en la amabilidad de aquel hombre.
Su madre llegó con una rosa, ella la recibió sin problemas, aunque en ese momenro recordó la misma rosa que Edgar le había mostrado en su auto.
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Rosas para Emilia
RomanceElla no era como las demás, bailaba para ganar el dinero que necesitaba para su madre y su hermano. Ella era de caderas anchas, una cintura delgada, y un corazón relleno de amor que necesitaba salir a la luz. Hasta que él, un hombre con habilidades...